El modelo económico mundial ha fallado a los trabajadores y trabajadoras. El poder y la codicia de grandes corporaciones globales ejercen tal control sobre los Gobiernos, que éstos actúan en contra de los derechos e intereses de la población. En las cadenas mundiales de suministro, 94% de la fuerza laboral está integrada por una mano de obra oculta y oscuros contratos comerciales facilitan la explotación y la opresión.
El mundo es tres veces más rico que hace 20 años, sin embargo se deniega al 70% de la población una protección social universal, el 84% considera que el salario mínimo no resulta suficiente para vivir y en 81% de los países se han permitido violaciones al derecho de negociación colectiva. Esto es desigualdad intencional.
Hace falta un Nuevo Contrato Social entre trabajadores, Gobiernos y empresas, que incluya una Garantía Laboral Universal como piso mínimo para todos los trabajadores y las trabajadoras.
Aplicando un Nuevo Contrato Social se garantizaría que se respeten los derechos, que los empleos sean decentes con salarios mínimos vitales y negociación colectiva, que la protección social sea universal, que la diligencia debida y la rendición de cuentas dirijan las operaciones de las empresas, y que el diálogo social asegure medidas de transición justa en cuanto al clima y la tecnología.