Cadenas de suministro mundiales, trabajo decente y responsabilidad social: ¿cuál es el papel de las ONG?

El trabajo decente se ha convertido en un marco de referencia para un gran número de actores de la sociedad civil y de organizaciones internacionales. Representa un enfoque esencial en la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Las violaciones de los derechos del trabajo siguen estando muy arraigadas, sobre todo en las cadenas de suministro mundiales. El sector de los juguetes es uno de los casos más emblemáticos: las condiciones de trabajo son especialmente malas, si bien el conjunto del sector cuenta desde 1995 con un código de responsabilidad social corporativa (RSC). La presión de la opinión pública puede servir como instrumento para luchar contra una RSC deficiente y obligar a las empresas a mostrarse más responsables en sus operaciones de sourcing. Tomamos aquí como ejemplo la reciente campaña que hemos llevado a cabo en Solidar Suisse contra la industria de juguetes y la empresa Mattel.

Lionel Frei, Solidar Suisse - @LionelFrei

Un sector que funciona bien – unas condiciones de trabajo lamentables
Tras varios años de resultados dispares, el sector de los juguetes goza de muy buena salud y su tasa de crecimiento vuelve a registrar los excelentes resultados de finales de los años 1990. Las ventas del sector han superado los 85.000 millones de dólares al año, y a la cabeza están varias multinacionales como Hasbro, Disney, Lego y Mattel – esta última líder del sector, con un volumen de negocios de 6.000 millones de dólares. La mayor parte de la producción está localizada en China y está destinada a los mercados europeos y americanos.

La industria de los juguetes está experimentando graves problemas en lo que respecta a las condiciones de trabajo, problemas característicos de numerosas industrias globalizadas. Los salarios de los trabajadores y trabajadoras son muy bajos (cerca de 230 USD/mes), y no llegan a cubrir siquiera el mínimo vital. En 2010 se calculó que sólo representaba el 0,08% con respecto al precio de venta final. Cinco años después, esta cifra no representa más que el 0,05%. Las horas extraordinarias resultan a menudo excesivas y vulneran la legislación china, superando en casos extremos las 100 horas de trabajo mensuales. Las condiciones de salud y seguridad en el trabajo reflejan carencias importantes, en particular en lo que respecta al uso de productos tóxicos, como el benceno, sin cumplirse los requisitos de seguridad adecuados. Por último, la libertad sindical es prácticamente inexistente.

Una RSC deficiente
Los diversos escándalos que se produjeron en la industria de los juguetes a mediados de los años 1990 condujeron al establecimiento de “ICTI-Care”, un programa de responsabilidad social corporativa (RSC) válido para el conjunto del sector de los juguetes. Establecido bajo la dirección del Consejo Internacional de la Industria del Juguete (International Council of Toy Industries, ICTI), el programa funciona de la siguiente manera: las grandes marcas se comprometen a utilizar como proveedores únicamente empresas cuyas condiciones de trabajo hayan sido certificadas por auditores independientes. Este programa comporta sin embargo importantes lagunas en lo que respecta a la independencia. En primer lugar, ICTI-Care está controlado por las empresas de juguetes: los integrantes de su comité directivo son principalmente altos responsables de multinacionales del sector. En segundo lugar, ICTI-Care está financiado por las cotizaciones anuales que pagan las empresas de juguetes. Por otra parte, y más grave todavía, varios estudios independientes llevados a cabo estos últimos años han demostrado que las condiciones de trabajo apenas han mejorado o no han mejorado en absoluto (más información aquí).

¿Por qué las condiciones no mejoran?
El modelo comercial de las multinacionales de juguetes consiste en realizar pedidos con plazos muy cortos y en ejercer presión sobre los precios por medio de licitaciones. La competencia entre las fábricas chinas para tratar de obtener los contratos repercute por tanto en las condiciones de trabajo de los empleados. Las fábricas se encuentran así pues con la doble obligación contradictoria de tener que respetar las normas sociales establecidas por ICTI-Care y de tener que responder de forma ventajosa a los pedidos de las grandes marcas. En caso de constatarse vulneraciones de los derechos del trabajo, las grandes marcas pueden eludir toda responsabilidad declarando que sus proveedores son fábricas certificadas. Hay que señalar que aunque las normas sociales se respeten, estas son insuficientes. ICTI-Care tolera, por ejemplo, 78 horas de trabajo semanales, mientras que el máximo legal chino es de 44 horas.

Promoción pública a favor de las reformas
Además de sus programas de cooperación al desarrollo a favor del trabajo decente, Solidar Suisse lleva a cabo campañas de promoción. Hace dos años pusimos en marcha una campaña de denuncia de las condiciones de trabajo en la industria de los juguetes. En colaboración con China Labor Watch, Solidar Suisse ha hecho elaborar informes independientes sobre las condiciones de trabajo en varias fábricas chinas de juguetes. Los estudios se realizaron desde el anonimato: los investigadores consiguieron ser contratados como trabajadores y pudieron evaluar desde dentro la realidad sobre el terreno. Aunque las fábricas estaban certificadas por ICTI-Care, se constataron graves problemas y se sacaron a la luz 20 violaciones de los derechos del trabajo chinos y de las normas fundamentales del trabajo.

Tras el estudio, se llevaron a cabo una campaña de promoción en línea y diversas acciones públicas en varias ciudades suizas. El objetivo era, en primer lugar, informar a los consumidores de la situación prevalente en esta industria y, en segundo lugar, presionar al líder del sector, Mattel. La prensa nacional e internacional difundió ampliamente la información y se entregaron 18.000 firmas en la sede europea de Mattel en Ámsterdam. A raíz de la campaña, Mattel está actualmente auditando de nuevo a las dos fábricas en cuestión. Los resultados se comunicarán a principios de este año 2017. Mattel se ha mostrado abierta e interesada en cooperar en el futuro con nuestra ONG y con otros actores de la sociedad civil.