La Reunión de Socios para el Desarrollo, organizada por la OIT, reúne a gobiernos, interlocutores sociales y destacados donantes para el desarrollo, con el fin de examinar los progresos realizados en el marco del Programa emblemático mundial sobre el establecimiento de niveles mínimos de protección social para todos, que proporciona a los países asistencia técnica y apoyo financiero para el desarrollo y la ampliación de los sistemas de protección social.
En la inauguración, Antonio Lisboa, presidente adjunto de la CSI, destacó que la ampliación de la protección social es una prioridad clave para el movimiento sindical, puesto que más de la mitad de la población mundial no dispone de ningún tipo de protección.
Subrayó que esto se debe en gran medida a los considerables déficits de financiación, y denunció las recientes decisiones de algunos países de recortar el gasto social como parte de las medidas de austeridad, a menudo promovidas por las instituciones financieras internacionales.
El movimiento sindical mundial reclama una mayor coordinación internacional de la financiación a través de:
- El establecimiento de un Fondo Mundial de Protección Social.
- Un aumento sustancial de la proporción de la ayuda exterior al desarrollo destinada a la protección social, hasta alcanzar al menos un 7% de aquí a 2030.
- Una ayuda que vaya más allá del apoyo técnico a los países.
Para desarrollar unos sistemas de protección social adecuados y sostenibles a largo plazo, los socios para el desarrollo deben proporcionar asistencia financiera a los propios Estados en tanto que actores clave para la aplicación y ampliación de los sistemas nacionales de protección social.
Invertir en protección social universal no significa invertir únicamente en los derechos humanos, sino también en un desarrollo y crecimiento económico inclusivos.