La CSI condena la violencia en el este de la RDC, reclama un alto el fuego y la protección de la población trabajadora

La Confederación Sindical Internacional (CSI) condena enérgicamente la escalada de violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC), especialmente en Goma y sus alrededores, donde el conflicto está causando un sufrimiento atroz a la población civil y trabajadora.

Credit: JOSPIN MWISHA AFP

Según las Naciones Unidas:

  • Al menos 700.000 personas se han visto forzadas a desplazarse dentro del país, mientras los múltiples grupos armados continúan saqueando, extorsionando y perpetrando violencia sexual.
  • Los suministros de alimentos son alarmantemente escasos, los cortes de electricidad y agua agravan la crisis, y el bloqueo de las rutas de transporte ha dejado a miles de personas atrapadas.
  • Los hospitales están desbordados y no dan abasto para atender a más de 2.000 personas heridas desde enero, debido a la grave escasez de suministros médicos, combustible y personal. Además, las condiciones de insalubridad aumentan el riesgo de brotes de cólera, sarampión y mpox.

“La CSI exige la reanudación inmediata del alto el fuego y la protección de toda la población civil, en especial de los trabajadores y sus familias, que ya viven en condiciones extremas. La paz es indispensable, porque sin ella no puede haber justicia social, empleo ni derechos”, afirmó el secretario general de la CSI, Luc Triangle.

“Para facilitar la reanudación del diálogo, la CSI exige el cese de todo apoyo a los numerosos grupos armados, sin importar su procedencia, así como la retirada inmediata de las tropas ruandesas del territorio de la RDC, en cumplimiento del derecho internacional.

“Esta violencia ha golpeado de manera desproporcionada a mujeres y niños, y ha forzado a muchas personas a huir o a quedar expuestas a la explotación. Es urgente garantizar el acceso seguro de la ayuda humanitaria y el respeto del derecho internacional”.

“El sufrimiento en el este de la RDC es insoportable, y la comunidad internacional no puede permanecer impasible mientras se pierden vidas, se destruyen familias y se vulneran los derechos laborales. Es imprescindible poner fin de inmediato a las hostilidades. Este conflicto no tiene solución militar”.

Instamos a todas las partes a retomar el diálogo a través de los canales disponibles, como el Proceso de Luanda, y a avanzar hacia una solución política y duradera que ponga fin a esta crisis recurrente.

“El movimiento sindical mundial expresa su plena solidaridad con los trabajadores y las trabajadoras, así como con las comunidades afectadas. Seguimos firmemente comprometidos con la paz, la justicia y la defensa de los derechos laborales en la RDC y en todo el mundo”.

Los sindicatos, duramente golpeados

El conflicto ha golpeado intensamente al movimiento sindical, con despidos masivos, la destrucción de centros de trabajo y alarmantes informaciones sobre el reclutamiento forzado de niños por parte de grupos armados. Los sindicatos y la población trabajadora deben ser protegidos e incluidos en las negociaciones de paz y en las tareas de reconstrucción tras el conflicto.

Paralelamente, la explotación de los ricos yacimientos minerales de la RDC sigue alimentando la guerra. Es urgente imponer regulaciones más estrictas en la cadena de suministro mundial para impedir que las empresas multinacionales se enriquezcan con los denominados “minerales de sangre”, a costa de la población trabajadora y las comunidades congoleñas.

Las Naciones Unidas deben reforzar el mandato de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) para garantizar la protección de la población civil y poner freno a los abusos. Al mismo tiempo, la comunidad internacional debe exigir responsabilidades a quienes vulneran los derechos humanos e intensificar los esfuerzos diplomáticos para reducir las tensiones.