La firma de este contrato social es altamente simbólica, ya que tiene lugar con ocasión del segundo aniversario de la revolución tunecina, la cual puso en marcha la Primavera Árabe. Aborda, entre otras cuestiones, las relaciones laborales y la protección social, la política de empleo y la formación profesional y destaca la importancia del diálogo social como un verdadero pilar de la transición democrática hacia una mayor justicia social. Asimismo, destaca el papel fundamental de la UGTT en la construcción de un nuevo Túnez.
Si bien la CSI acoge con satisfacción la firma de este contrato social, también hace hincapié en la importancia de poner en práctica los términos de la Declaración. “Es necesario ir más allá de la mera palabra escrita. La situación lo exige”, afirmó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI. “La situación social sigue siendo muy crítica. El desempleo y la pobreza van en aumento y los conflictos sociales son numerosos. Los derechos humanos y sindicales, y en particular los derechos de la mujer, se ven amenazados y debe hacerse todo lo necesario para que esta situación cese rápidamente.”
Apenas en diciembre, la UGTT fue víctima de una violenta agresión por parte de las milicias islamistas, las cuales casi siempre actúan en total impunidad. Estas milicias atacan a sindicalistas, periodistas, mujeres, activistas y defensores de los derechos humanos así como a dirigentes de los partidos políticos de oposición. La firma del contrato social y su necesaria aplicación son un paso importante en la transición democrática en Túnez y debe ser un ejemplo para otros países árabes donde el diálogo social es inexistente. “El diálogo social es una de las claves esenciales para la democracia. Es la respuesta adecuada a muchas de las esperanzas suscitadas por la Primavera Árabe”, afirmó Sharan Burrow.