La Declaración incluye compromisos con el multilateralismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la lucha contra las desigualdades, pero se queda corta a la hora de abordar el tema crucial de la financiación de la lucha contra el cambio climático.
Entre los puntos clave de la Declaración figuran:
- Inclusión social y erradicación de la pobreza: la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza es un paso adelante positivo que gira en torno a la movilización de recursos y el intercambio de conocimientos para reducir la pobreza, con inclusión de la protección social.
- Empleo y trabajo decente: los sindicatos acogen con satisfacción la atención prestada a la igualdad de género y a la reducción de la brecha salarial de género, así como la reafirmación de los compromisos destinados a crear empleos de calidad, erradicar el trabajo forzoso y el trabajo infantil, garantizar la seguridad en el trabajo y la protección social. Estos compromisos deben complementarse con acciones concretas encaminadas a aumentar la participación de los ingresos del trabajo a través del fortalecimiento de la negociación colectiva y la adopción de salarios vitales.
- Reforma fiscal: la Declaración apoya la fiscalidad progresiva y subraya la importancia de gravar a los multimillonarios, pero hacen falta medidas decisivas y otras medidas de crucial importancia, como un impuesto sobre las transacciones financieras.
- Digitalización e inteligencia artificial: reconociendo el impacto de la inteligencia artificial en los trabajadores y las trabajadoras, el G20 se comprometió a adoptar prácticas inclusivas en el mercado de trabajo y un uso seguro y fiable de la inteligencia artificial, en el marco del diálogo social.
- Acción por el clima: la aprobación de los principios de una transición energética justa e inclusiva es positiva, pero la ausencia de compromisos concretos sobre la financiación climática es muy preocupante.
El Secretario General de la CSI, Luc Triangle, comentó a este respecto: “El reconocimiento por parte del G20 de la importancia de hacer frente a las desigualdades y de promover empleos de calidad y los derechos de los trabajadores y las trabajadoras es alentador. El G20 necesita responder a los retos geopolíticos actuales a través de medidas concretas que concedan a la justicia social un lugar central”.
“Bajo el liderazgo de Brasil, el G20 ha situado la reducción de la pobreza y la desigualdad como eje de su trabajo, en línea con muchas de las reivindicaciones del L20. Los Líderes deben ahora cumplir sus compromisos y asegurarse de que sus países hacen lo necesario para avanzar hacia una transición justa y que el respeto de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras a nivel mundial figure en el centro de sus políticas”, añadió Veronica Nilsson, Secretaria General de TUAC.
Los sindicatos también destacaron el énfasis del G20 en reformar la gobernanza mundial y amplificar la voz de los países en desarrollo en los foros multilaterales, al tiempo que instaron a los Líderes a dar pasos más audaces hacia una economía mundial justa y sostenible.
Luc Triangle comentó a guisa de conclusión: “Mientras el mundo se enfrenta a una creciente desigualdad y a una crisis climática cada vez más profunda, la CSI hace un llamamiento a los Líderes del G20 para que transformen los compromisos en acciones concretas que beneficien a los trabajadores, a las trabajadoras y al planeta”.
La Cumbre de Líderes del G20 fue precedida por la Cumbre Social del G20, que reunió a representantes de todos los países del G20, el L20, movimientos sociales y otros grupos comprometidos con el G20. La Cumbre Social del G20 adoptó una declaración que refleja la importancia central del trabajo decente en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la necesidad de aplicar los derechos laborales y la importancia de una Transición Justa.