Informe 2009 sobre las violaciones de los derechos sindicales - Asia

El antisindicalismo mina Asia

El antisindicalismo mina Asia

Bruselas, 10 de junio de 2009 (CSI EnLínea): Aunque la crisis económica recuerda cada día la pertinencia del diálogo social, numerosos empleadores y Gobiernos de la región de Asia y el Pacífico siguen reprimiendo toda actividad sindical. El último Informe Anual de la CSI sobre las violaciones de los derechos sindicales en el mundo denuncia centenares de casos de acoso, detención, ataques y asesinatos de sindicalistas en 2008.

Es en Filipinas donde la violencia sindical ha sido más cruenta en 2008. Cuatro sindicalistas filipinos fueron asesinados, incluyendo a Gerry Cristobal, uno de los responsables del sindicato Solidarity of Cavite Workers (SCW), que había sido ya objeto de dos intentos de asesinato en 2006 y 2007. Otro sindicalista fue secuestrado y torturado por agentes del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Filipinas. Dos sindicalistas fueron igualmente asesinados por la policía en Nepal cuando participaban en una acción de protesta.

Según el informe anual de la CSI, numerosos Gobiernos de la región son cómplices de las violaciones de los derechos sindicales cometidas por los empleadores, al tolerar diversas prácticas, como el recurso excesivo a los contratos temporales, la utilización de artículos de la legislación que prohíben "obstaculizar los negocios" para atacar a los sindicatos, el hostigamiento de sindicalistas por guardias privados de empresas o por matones a sueldo de los empleadores, etc. Varios países imponen procedimientos tan penosos antes de poder organizar una huelga legal, que hacen que resulte prácticamente imposible llevar a cabo cualquier acción colectiva.

Otra política que facilita la explotación de la mano de obra es mantener la inspección de trabajo en condiciones precarias, lo que entraña a menudo la corrupción de los inspectores. En ocasiones, los inspectores no tienen derecho a efectuar visitas no anunciadas en el lugar de trabajo, como es el caso en las zonas francas de Sri Lanka. En numerosos países de la región de Asia y el Pacífico, los tribunales del trabajo son lentos o ineficaces, e incluso se muestran más inclinados a la mediación que a la protección de los derechos de los trabajadores/as.

El informe anual de la CSI muestra que los trabajadores migrantes figuran entre las víctimas más frecuentes de violaciones de sus derechos fundamentales. En Corea del Sur, dos dirigentes del sindicato de migrantes fueron detenidos y expulsados en 2008. En Singapur, en Tailandia, en Malasia y en Taiwán, no pueden acceder a cargos directivos en el sindicato. En Malasia, un cuerpo de voluntarios civiles actúa como auxiliar de las autoridades e impone el terror entre los trabajadores/as migrantes. Muchos migrantes trabajan en el servicio doméstico, una categoría profesional que rara vez tiene la posibilidad de organizarse para defender sus derechos. La legislación laboral los excluye de la protección garantizada a otros trabajadores/as (como es el caso en Singapur), o les prohíbe formar sindicatos (como en Taiwán y Camboya).

En Corea del Sur, el informe anual de la CSI señala que la llegada al poder de un Gobierno conservador ha precipitado un endurecimiento de las relaciones con el movimiento sindical. Numerosos sindicalistas fueron arrestados y encarcelados. Este país todavía no ha ratificado ninguno de los convenios fundamentales de la OIT sobre derechos sindicales. Continuaron en 2008 los violentos ataques de la policía surcoreana contra huelguistas, ocasionando varios heridos graves.

Las autoridades de China, Corea del Norte, Laos y Vietnam siguen obligando a todos los sindicatos a afiliarse a la única federación sindical nacional, controlada por el Gobierno. En 2008, el Gobierno vietnamita reforzó una vez más su legislación para restringir el derecho de huelga (lo que no impide un incremento de las huelgas ilegales). El informe anual de la CSI señala en cambio una ligera evolución positiva en China, donde diversas enmiendas legislativas que entraron en vigor en 2008 favorecen la negociación colectiva. Pero China continúa prohibiendo la existencia de sindicatos independientes. Aquellos que intentan organizar a grupos de trabajadores o protestas suelen ser arrestados, y en ocasiones condenados a penas de prisión.

La hostilidad antisindical sigue siendo la norma en las zonas francas de la región, sobre todo en el Sur de Asia. En Sri Lanka, varios sindicalistas que actuaban en las zonas fueron suspendidos, despedidos, retrogradados, o incluso agredidos. El secretario general de un sindicato fue amenazado con ser secuestrado. En Bangladesh, las huelgas están prohibidas en las zonas francas. En la India, como en muchos otros países, los sindicalistas no están autorizados a entrar en las zonas, salvo si trabajan en ellas.

El informe anual de la CSI denuncia la severa represión contra toda forma de actividad sindical por parte de la junta militar en el poder en Birmania. Decenas de activistas sindicales y sus familiares se pudren en las cárceles birmanas, donde algunos son torturados. La Federation of Trade Unions Burma (FTUB), organización asociada de la CSI, continúa estando considerada como organización ilegal.

El estado de excepción se levantó en Bangladesh el 17 de diciembre. Desde hace prácticamente dos años impedía la celebración de actividades sindicales regulares, facilitando la explotación de los trabajadores/as. Centenares de trabajadores y trabajadoras resultaron heridos por la policía o los guardias de seguridad durante diversas acciones de protesta en 2008, y uno de ellos moriría a consecuencia de las heridas recibidas.

En Australia, el nuevo Gobierno introdujo una reforma a la Ley sobre Relaciones de Trabajo, prohibiendo la conclusión de nuevos acuerdos de trabajo individuales establecidos por ley. Estos contratos tenían preferencia frente a los convenios colectivos. Sin embargo, la mayoría de las leyes sobre los lugares de trabajo promulgadas por el antiguo Gobierno continuaban en vigor a finales de año.

El informe anual de la CSI subraya que el año 2008 culmina con una nota de optimismo proveniente de Phnom Penh: el 31 de diciembre, el Tribunal Supremo de Camboya ordenó por fin la liberación (bajo fianza) de Born Samnang y Sok Sam Oeun, que pasaron cerca de cinco años entre rejas por falsas acusaciones de asesinato del dirigente sindical Chea Vichea. La causa fue remitida al Tribunal de Apelación con el fin de que fuera juzgada de nuevo.

La CSI representa a 170 millones de trabajadores y trabajadoras en 312 organizaciones afiliadas nacionales de 157 países. Sitio web: www.ituc-csi.org http://www.youtube.com/ITUCCSI

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