Has más de 2.100 prisioneros políticos en Birmania que han sido encarcelados simplemente por haber reclamado de manera pacífica la democracia y la libertad en el país. Una vez en prisión, los activistas democráticos se enfrentan a torturas espantosas, como descargas eléctricas, violación, fricción de las piernas con varas de hierro hasta despellejarlas, crueles palizas y confinamiento solitario. Muchos prisiones son obligados a permanecer en sus celdas 24 horas al día, sin comida adecuada y sufriendo mala salud. Y el régimen deniega sistemáticamente la atención médica para los prisioneros políticos.
El líder democrático de Birmania, Aung San Suu Kyi ha dicho: “La liberación de los prisioneros políticos es lo más importante para todos los que desean verdaderamente generar cambios en Birmania".
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento por la puesta en libertad de los presos políticos, pero tiene que hacer más para asegurarse de que eso ocurra.
La CSI apoya la petición solicitando al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, que convierta la liberación de los prisioneros políticos de Birmania, incluido Aung San Suu Kyi, en su prioridad personal.
