Primer plano de Lee Cheuk yan (Confederación de Sindicatos de Hong Kong - Hong Kong SAR)

Inmediatamente antes de la retrocesión, el Consejo Legislativo Provisional abolió (...)

Primer plano de Lee Cheuk yan, Secretario General de la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKCTU), miembro del Consejo Legislativo de la Región Administrativa Especial de Hong Kong.

¿Cuál fue el cambio más importante que tuvo lugar en Hong Kong?

Inmediatamente antes de la retrocesión, el Consejo Legislativo Provisional, cuyos integrantes fueron cuidadosamente seleccionados, abolió las leyes sobre negociación colectiva junto con otras leyes, como consecuencia de lo cual los trabajadores y trabajadoras de Hong Kong quedaron sin ningún derecho en materia de negociación colectiva. Desde 1997 resulta difícil volver a conseguir una ley sobre negociación colectiva porque dentro del marco de la mini constitución, la Ley Básica, los legisladores ya no pueden presentar proyectos de ley de miembros privados. Debido a ello, ya no se puede utilizar ese instrumento democrático a fin de obtener mejores leyes. Antes de la retrocesión podíamos ejercer presión presentando ese tipo de proyectos de ley a fin de que el gobierno efectuara cambios.

El segundo de los cambios más importantes es que el gobierno central chino realiza más y más intervenciones procurando demorar la concesión del derecho de sufragio universal al pueblo de Hong Kong. Por ejemplo, en 2004, el gobierno hizo una brutal intervención en Hong Kong a través de la reinterpretación de la Ley Básica que llevó a cabo el Congreso Popular Nacional y prohibió el sufragio universal hasta 20007/2008. Con ello se demoró todo tipo de reforma o adelanto hacia el sufragio universal e inclusive ahora, transcurridos ya diez años, desconocemos el mapa de ruta hacia la plena democracia y los plazos que se hayan fijado.

¿Hay alguna manera en que Hong Kong podría recuperar algunas de esas leyes y derechos anulados después de la retrocesión?

Como es natural, nosotros seguimos luchando para que se vuelvan a poner en vigencia esas leyes y también presentamos quejas ante la OIT, la que hizo algunas recomendaciones firmes al gobierno apoyando nuestra posición. Pero hasta ahora el gobierno ha hecho oídos sordos a esas recomendaciones. Tales leyes no se pueden reinstaurar por la vía legislativa así que debemos seguir ejerciendo presión. Pero antes que eso también debemos acabar con la connivencia que existe entre las grandes empresas y el gobierno. Por eso el sufragio universal es fundamental para que en Hong Kong se desarrollen los derechos de los trabajadores.

¿Ha empeorado o mejorado desde 1997 la situación del trabajador común en Hong Kong?

Ha empeorado muchísimo. Esto se debió, en primer lugar, al deterioro de la situación económica que tuvo lugar poco después de la retrocesión, durante el cual se redujeron drásticamente los salarios y prestaciones de los trabajadores y trabajadoras y se hicieron muchos despidos. Ahora, con la actual recuperación económica, los empleadores siguen explotando a los trabajadores y trabajadoras sin darles participación en la prosperidad, por lo que no cabe duda de que la fuerza laboral está en una situación mucho peor que hace diez años. Las clases más altas de Hong Kong, por el contrario, son mucho más ricas que antes.

¿Están creciendo los sindicatos en Hong Kong y dónde concentran su accionar en este momento?

Durante estos últimos diez años, la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKCTU) consiguió aumentar mucho la cantidad de afiliados. Ahora tenemos unos 85 sindicatos afiliados con un total de alrededor de 170.000 miembros, lo que es aproximadamente el doble que en 1997. En ese momento teníamos solamente unos 40 sindicatos afiliados. Ahora tenemos una presencia en la mayoría de las industrias.

¿En qué situación está la negociación colectiva en Hong Kong?

Los trabajadores y trabajadoras tienen derecho de afiliarse a sindicatos pero los empleadores no tienen obligación de reconocer esos sindicatos ni su correspondiente derecho de negociación colectiva. Por ejemplo, hace muy poco trabajamos con chóferes de autobuses que en un reciente conflicto laboral habían conseguido el respaldo de alrededor del 70 por ciento de los chóferes. La empresa–New World Bus Company– se negó a negociar con nosotros y firmó en cambio un convenio con un sindicato minoritario. No cabe duda de que fue una negociación colectiva de mala fe. Y debido a ello nos vemos obligados a contemplar la posibilidad de tomar medidas de fuerza.

¿Por qué es tan importante la democracia para usted y para la HKCTU?

Sin democracia, en la sociedad de Hong Kong hay un total desequilibrio. Imagínese: los grupos empresariales controlan las elecciones del Jefe del Ejecutivo y de muchos de los asesores legislativos. De esa manera controlan Hong Kong y tienen poder político para oponerse a cualquier cambio en la legislación laboral y, en realidad, pueden así oponerse a cualquier medida destinada a disminuir la diferencia de ingresos. También se oponen a las reformas democráticas porque buscan proteger sus propios intereses. De allí que a los trabajadores, al hombre de la calle -cuyos niveles de vida bajan continuamente- y a la creciente cantidad de trabajadores y trabajadoras pobres, les resulte difícil llegar a fin de mes, a pesar de lo cual el gobierno sigue negándose a ayudar y estipular un salario mínimo.

La lucha por el salario mínimo es también una lucha por la democracia. Cuando se tiene un sistema más democrático, el gobierno de turno tiene que escuchar más a la gente. En segundo lugar, que haya más democracia en Hong Kong constituirá una prueba de fuego de la medida en que el gobierno chino tolera la democracia. Si el gobierno no permite que haya democracia en Hong Kong, cuya población es de unos 6,5 millones de personas, ¿cómo puede pensarse que alguna vez permitirá que haya democracia en el territorio continental, con su población de 1.300 millones de personas?

¿Qué sucederá cuando tengan democracia? ¿Repercutirá eso en China y en los trabajadores y trabajadoras que están allí?

Si Hong Kong lograra tener democracia, pasaría a constituir un terreno de prueba para China y se demostraría que la democracia sí funciona y sí promueve la prosperidad y la estabilidad, lo que está en total contradicción con lo que siempre han preconizado las autoridades centrales. Plantean que la democracia originará caos y ésa es la excusa que siempre ha dado el Partido Comunista Chino para no instaurar una democracia, siempre ha dicho que actuaba de esa manera para defender la estabilidad y la prosperidad. Pero si Hong Kong puede demostrar que la estabilidad, la prosperidad y la democracia se complementan entre sí y trabajan de la mano, que es lo que sucede en todo el mundo, tendremos más argumentos para mostrar que la misma China debería ser más democrática. Con más democracia en China podríamos entonces esperar que hubiera también una mayor apertura y más posibilidades de que los trabajadores y trabajadoras del continente tuvieran libertad sindical y otros derechos sindicales que actualmente se les deniegan.

¿Cuál es el principal centro de atención sindical en este momento para los trabajadores y trabajadoras y para la HKCTU?

Concentramos principalmente nuestra atención en los cambios de la legislación laboral, especialmente en las dos importantísimas cuestiones que afectan el sustento de los trabajadores y trabajadoras. Una de ellas consiste en crear una red de seguridad adecuada y un salario mínimo y la segunda es que se legislen las horas de trabajo a fin de reducir la duración del trabajo y aumentar la remuneración de las horas extraordinarias. De otra manera, continuará sucediendo lo que vemos ahora, que de año en año aumentan las horas de trabajo y con ello se van destruyendo familias de trabajadores.

¿Qué posición toma la Federación de Sindicatos (FTU) favorable a Pekín? ¿Qué hace para brindar respaldo a los trabajadores y trabajadoras de Hong Kong?

Su principal política consiste en acatar lo que dice Pekín y, en consecuencia, se opone a cualquier reforma democrática, a menos que China dé su visto bueno. En realidad, está mofándose del derecho de los trabajadores y trabajadoras a tener democracia. Por supuesto, trata de conseguir partidarios defendiendo las mismas cuestiones que defiende la HKCTU, como el salario mínimo, la duración del trabajo y la negociación colectiva. No obstante, el pueblo de Hong Kong tiene muy claro que en 1997 esa Federación votó en contra de la ley sobre la negociación colectiva y que más tarde, poco después de la retrocesión, votó para que se la aboliera. En lugar de apoyar la democracia, la FTU procura obtener más miembros brindando prestaciones sociales a los trabajadores y trabajadoras. El ejemplo más reciente de esto último está dado por su oferta de una cobertura gratuita con un seguro de hasta HK$200.000 para los nuevos miembros.

¿Existen paralelos con esta situación en China?

El Presidente de la FTU es miembro del Congreso Popular Nacional y también es miembro del Consejo Ejecutivo, lo que constituye un reflejo de la estructura de la federación oficial china, denominada All China Federation of Trade Unions (ACFTU). El jefe de la ACFTU también es representante del Politburó gobernante y, al igual que la ACFTU, la FTU es en esencia una estructura controlada y organizada por el Estado.

La mayoría de los observadores externos dirían que en estos últimos diez años se ha demostrado que ha tenido éxito la fórmula de un país con dos sistemas políticos, ¿qué opina al respecto?

Quienes digan eso no comprenden lo que ha sucedido en Hong Kong: políticamente seguimos en gran medida bajo el control del Partido Comunista y de las autoridades centrales. La política de “un país con dos sistemas” no abarca la libertad política, solamente se refiere a las libertades económicas. Algo similar ocurre en China. Si una persona hace negocios o dinero, las autoridades chinas la dejan en paz pero una vez que se comienza a hablar de derechos, democracia y sindicalización, entonces comienzan a apretar las clavijas. En Hong Kong sucede lo mismo. Se puede decir que tenemos “un país con dos sistemas” en lo referente a la economía pero en lo que se refiere a la democracia, entonces el énfasis se pone en “un país” y la filosofía de los “dos sistemas” queda socavada.

27 de junio de 2007 Dominique Muller, IHLO de Hong Kong (Oficina de Enlace),