Primer plano de Ana Bertha Navarro Muñoz (CTRN – Costa Rica)

La sindicalización de los trabajadores y trabajadoras migrantes avanza en Costa Rica

Desde marzo de 2010, Costa Rica cuenta con una nueva legislación que protege mejor a los trabajadores y las trabajadoras migrantes. No obstante, aún queda mucho por hacer, especialmente para garantizar plenamente sus derechos sindicales. El Centro Sindical de Atención al Migrante, apoyado por la CSI y en conjugación con una cooperación sindical bilateral con Nicaragua, proporciona formación y asistencia jurídica. La sindicalización de los migrantes avanza, en particular en los sectores del comercio, la agricultura y el trabajo doméstico. "También hacemos campaña en favor de los Convenios 97 y 143 de la OIT", afirma Bertha Navarro Muñoz, responsable del Centro Sindical de Atención al Migrante de la central CTRN.

Este año, por primera vez en la historia se eligió a una mujer -Laura Chinchilla- como Presidenta de la República de Costa Rica. ¿Le parece un buen augurio para su lucha a favor de mejores derechos para los trabajadores y trabajadoras migrantes?

La nueva presidenta es una mujer que promete un mejor diálogo social. En tanto que sindicalistas, estamos dispuestos a tomarle la palabra al pie de la letra. Esperamos una reacción positiva. Vamos a ver cómo actúa.

Alrededor del 50% de los migrantes son mujeres. Ahora tenemos una presidenta, una ministra de Trabajo, una directora de Migración y una mujer fiscal general. De hecho, todas las personas con quienes tratamos son mujeres. Esperamos, pues, que se muestren atentas y sensibles a nuestra problemática, y que contribuyan, tal vez, a mejorar las condiciones actuales.

La Presidenta Chinchilla anunció sus planes de celebrar una cumbre con Daniel Ortega (presidente de Nicaragua) sobre la situación de los trabajadores migrantes. Este es un paso positivo.

¿Cuál es el principal problema al que siguen enfrentándose en la actualidad?

Hay muchos. Sin embargo, uno clave es el número insuficiente de inspectores de trabajo del Estado. Todavía es demasiado fácil que los empleadores ignoren la ley (1). Hay una falta de vigilancia constante.

Aquí no se asesina a los sindicalistas como en Guatemala o en Honduras. Lo que tratan de suprimir es la ideología que sustenta el sindicalismo. Aún tenemos que convencer tanto a los migrantes como a los no migrantes de que el sindicato constituye la mejor defensa para los trabajadores y las trabajadoras. Ese es uno de nuestros principales combates.

En el desfile del Primero de Mayo de este año estuvimos sumamente orgullosas de que marchara a nuestro lado un grupo de “Mujeres nicaragüenses". El mensaje que hacemos llegar es el siguiente: "¡Los sindicatos te ayudan! ¡Los sindicatos te protegen!"

¿Cómo son las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua en lo que concierne a la cuestión de los trabajadores migrantes?

En diciembre del año pasado, celebramos nuestra tercera reunión bilateral con nuestros compañeros de las principales organizaciones sindicales de Nicaragua. Asimismo, tuvo lugar una primera reunión entre los Ministros de Trabajo de nuestros dos países, quienes ratificaron un tratado sobre la circulación de los trabajadores y el número de migrantes nicaragüenses que pueden trabajar en la agricultura y la construcción de Costa Rica.

Los sindicatos de Costa Rica se muestran ahora mucho más vigilantes y tratan con mucha más seriedad la problemática de los trabajadores y las trabajadoras migrantes sin papeles.

¿Puede decirnos algo acerca de otros logros positivos resultantes de la labor del Centro Sindical de Atención al Migrante?

A mediados del año pasado se formó el sindicato SINTRAPIFRUT de los trabajadores agrícolas de la piña y frutas tropicales (2). La mayoría de los trabajadores en este sector son migrantes y ahora están en el proceso de negociación de un convenio con las empresas fruteras.

Desde mayo de 2009, otro sindicato, el SITRACHIRI, que representa a los trabajadores agrícolas en el sector del plátano, por fin ha abierto sus puertas a los trabajadores indígenas panameños.

El año pasado también tuvo lugar la formación de la asociación ASTRADOMES, que agrupa a los trabajadores y trabajadoras domésticos migrantes y, a principios de este año, hemos apoyado la creación de SINCO, el sindicato de trabajadores del comercio, supermercados y tiendas al por menor, que en su mayoría son mujeres.

¿Podría decirnos más acerca de su campaña en favor de una ley para proteger los derechos de los trabajadores domésticos?

La Ley relativa al trabajo doméstico fue un triunfo, la culminación de tres años de lucha, una victoria extraordinaria. Los trabajadores y trabajadoras domésticos tienen ahora derecho a un salario mínimo, a la seguridad social, a un contrato de trabajo y a una jornada de ocho horas. Ahora pueden hacer valer sus derechos.

Asimismo, hemos logrado nuestro objetivo de crear en los próximos dos meses un sindicato especial de trabajadores y trabajadoras de la construcción.

¿No ha emprendido también Costa Rica una reforma de su legislación en materia de migración?

Efectivamente. En marzo de 2010, la nueva ley sobre la migración sustituyó a la antigua de 2005. La antigua ley tenía visos de xenofobia, una ley que trataba de expulsar y deportar a los migrantes. Era una ley racista.

La nueva ley es más humana con los migrantes. Hoy día los migrantes gozan de derechos en lo relativo a la seguridad social. Se les debe pagar por lo menos el salario mínimo (unos 330 dólares estadounidenses mensuales) y tienen derecho a atención médica básica y condiciones de trabajo seguras. Los migrantes tienen ahora el derecho a formar y afiliarse a sindicatos. Ahora, los migrantes tienen los mismos derechos que los costarricenses, al menos en teoría. La única excepción es que todavía no tienen derecho a ser elegidos dirigentes de sindicatos.

¿Conlleva esta nueva ley sobre migración otras disposiciones particulares?

Los trabajadores indocumentados están ahora obligados a regularizar sus papeles. Tienen como plazo hasta principios de 2011 para hacerlo. En caso de infracción, se les podrán imponer multas de hasta 100 dólares por mes.

No estamos de acuerdo con esta disposición, porque esta cantidad es prohibitiva para una persona que cobra solamente 280 dólares mensuales.

Queremos que desaparezca esta multa de 100 dólares. Queremos, además, que los nicaragüenses estén de acuerdo en conceder en Costa Rica documentos válidos a sus nacionales para que no se vean obligados a regresar a su país.

En la actualidad, se ven obligados a pedir a sus familias que se ocupen de todos los trámites en Nicaragua. Por lo general no poseen un pasaporte, es decir, que de todos modos es imposible para la mayoría de ellos viajar de vuelta a su país.

¿Cuál es, en sustancia, el mensaje que envía usted al Gobierno, los empleadores y las empresas costarricenses?

El Gobierno y los empleadores deben entender que existe un sindicato fuerte y eficaz que lucha por los derechos de las trabajadoras y los trabajadores migrantes y que los migrantes tienen derecho a la libertad de circulación en América Central.

Asimismo, corresponde a los empleadores ser más vigilantes y actuar de conformidad con la ley.

Queremos que los migrantes sean tratados como seres humanos que tienen derechos. Son ciudadanos del mundo. Están contribuyendo al desarrollo y a la paz en un país y por tanto merecen respeto. Son titulares de derechos universales.

El Gobierno, nuestro Gobierno, debe entender que es importante y necesario que los nicaragüenses ayuden al desarrollo de nuestro país y hagan el trabajo que los costarricenses no desean hacer.

¿Fomenta también el Centro Sindical de Atención al Migrante la formación y fortalecimiento de las capacidades de las trabajadoras y los trabajadores migrantes?

Así es, en 2009 firmamos con el Instituto Nacional de Aprendizaje un acuerdo destinado a ampliar sus programas de capacitación gratuita a los trabajadores migrantes.

En la actualidad, los trabajadores migrantes tienen la oportunidad, mediante el patrocinio de sus empleadores y con el apoyo del Centro Sindical de Atención al Migrante, de aprender nuevas competencias, como la carpintería, el trabajo con máquinas, la conducción especializada, la soldadura y la soldadura por arco.

Para concluir, ¿podría decirnos qué importancia tiene, según usted, la solidaridad internacional?

Es precisamente gracias a la ayuda de la CSI que el Centro Sindical de Atención al Migrante es hoy día una realidad. Nos dieron un apoyo y solidaridad enormes en la lucha por la justicia (3).

Esta ayuda sigue siendo importante hoy día. En junio y julio, iniciamos una campaña internacional para pedir que Costa Rica firme y aplique los Convenios 97 y 143 de la OIT sobre la protección de los trabajadores migrantes. Realizamos, conjuntamente con nuestra confederación nacional, una campaña a favor del trabajo decente para todos los trabajadores de Costa Rica, incluidos los trabajadores y trabajadoras migrantes. Por ahora, sigue haciendo falta voluntad política para la ratificación de los Convenios.

Pero sin la CSI, no podríamos continuar nuestro trabajo.

Entrevista e imágenes recogidas por David Browne/Parachute Pictures

(1) Más información sobre las violaciones de los derechos sindicales en Costa Rica en el informe anual de la CSI

(2) Comunicado de la CSA

(3) Véase también el informe sobre la organización sindical de los/las migrantes en Costa Rica, publicado por la CSI en 2008