Empleadores y sindicatos se unen en un foro mundial para condenar la “peor forma” de trabajo infantil en Uzbekistán

El organismo laboral de la ONU, la Organización Internacional del Trabajo, escuchó esta semana una serie de informes alarmantes, por parte de trabajadores y empleadores, con relación a los millones de niños y niñas forzados, desde la escuela, a realizar un trabajo peligroso en los campos de algodón de Uzbekistán.

Los sindicatos estiman que en la cosecha de 2010, hasta 2 millones de niños con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años se vieron forzados a trabajar en unas condiciones peligrosas, teniendo que cargar con objetos pesados y estar expuestos a pesticidas, registrando incidencias de sarpullidos, enfermedades respiratorias y casos de meningitis y hepatitis.

La OIT también escuchó que los niños y familias que se negaban a participar eran castigados por funcionarios del Gobierno con sanciones económicas como la anulación de subsidios de bienestar o el corte del suministro de gas y electricidad.

“Este domingo es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y el movimiento sindical internacional exige a Uzbekistán que respete los derechos fundamentales del trabajo y que permita que una comisión independiente, bajo los auspicios de la OIT, pueda observar la próxima cosecha”, dijo hoy la Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, la Sra. Sharan Burrow.

La Sra. Burrow dijo además que Uzbekistán es uno de los mayores exportadores de algodón del mundo.

“Seguiremos sacando a la luz este abuso estatal de la gente joven así como las ganancias excesivas que consiguen los compradores de algodón a costa de niños y niñas forzados, desde su escuela, a trabajar en unas condiciones terribles”, dijo Sra. Burrow.

“Pedimos a las empresas de confección minoristas responsables que investiguen la procedencia del algodón que compran, porque nosotros vamos a estar trabajando con grupos internacionales para seguirle la pista a este comercio atroz”, dijo la Sra. Burrow.

El Gobierno de Uzbekistán sostuvo que había establecido una serie de leyes para prohibir el trabajo infantil y que estaban supervisando la situación. Pero la Comisión de la OIT, compuesta por sindicatos, empleadores y Gobiernos de todo el mundo, expresaron serias preocupaciones sobre la continuación del trabajo infantil organizado en los campos de algodón, y solicitó a los Gobiernos de Uzbekistán que permitan que una misión internacional de observadores de alto nivel investigue esta cuestión del trabajo infantil.