Egipto: ¿Un segundo Mubarak?

El texto del nuevo proyecto de Constitución egipcia, que será sometido a referéndum el 15 de diciembre, contraviene las normas internacionales relativas a la libertad sindical. Si llegara a adoptarse, los trabajadores egipcios y sus sindicatos se encontrarían nuevamente bajo el riguroso control del Gobierno, como lo estuvieron durante la dictadura de Mubarak.

La Constitución consolidaría la nueva legislación sobre sindicatos firmada en su día por el Presidente Morsi, en virtud de la cual no se autoriza más que un sólo sindicato por sector y se otorga al Gobierno amplios poderes para controlar la actividad sindical e imponer por orden judicial la disolución de los sindicatos considerados “no conformes con la ley”.

Prohíbe asimismo que las personas mayores de 60 años desempeñen funciones en una ejecutiva sindical, y confiere al Ministro de Trabajo el poder para seleccionar a los sustitutos de las personas destituidas en virtud de dicha ley.

Por otra parte, las disposiciones que habrían apoyado los derechos de las mujeres también han sido eliminadas del proyecto de Constitución. Ni uno solo de los 234 artículos del nuevo texto garantiza expresamente los derechos y la igualdad de las mujeres, y tampoco las protege contra la discriminación. Asimismo, las disposiciones contra el trabajo infantil son tan ambiguas que carecen prácticamente de sentido, mientras que la decisión en cuanto a la definición de trabajo forzoso queda en manos del Parlamento.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha declarado: “Al examinar el historial del Presidente Morsi en materia de derechos de los trabajadores, tenemos la impresión de encontrarnos ante un segundo Mubarak. Los trabajadores y trabajadoras encabezaron la revolución que derrocó al antiguo dictador, y sin embargo se están sintiendo traicionados por el nuevo régimen a medida que el Presidente Morsi va acaparando cada vez más poder. Egipto no puede esperar que se le considere miembro responsable de la comunidad internacional a menos que respete las normas internacionales relativas a la libertad sindical.”

El proyecto de Constitución fue presentado a toda prisa ante el Parlamento por una serie de partidos que apoyan al Presidente Morsi y que se oponen al boicot de la oposición.

“Después de la revolución, el movimiento sindical internacional tenía muchísimas esperanzas en un nuevo Egipto y estaba entusiasmado con la idea de que nuestros compañeros y compañeras pudieran tener por fin la posibilidad de construir un movimiento sindical enérgico y democrático. No cabe la menor duda de que la Constitución y la nueva legislación sindical propuestas representan un serio revés para la realización de este objetivo”, ha expresado Burrow.

“Instamos al Presidente Morsi a que garantice que la legislación y la Constitución de Egipto permitan la plena aplicación de los derechos humanos internacionales y, en particular, de los derechos fundamentales de los trabajadores.”

Ver la carte de la CSI al Presidente Mohamed Morsi (en inglès)

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