Normas de los trabajadores de la Copa del Mundo de Qatar: ni aplicación de las leyes ni derechos laborales

Las nuevas normas anunciadas por Qatar, relativas al bienestar de los trabajadores empleados para la construcción de la infraestructura de la Copa del Mundo, no hacen valer los derechos fundamentales de los trabajadores y en cambio refuerzan el desacreditado sistema de la kafala, que otorga al empleador un control excesivo sobre los trabajadores – ha advertido la Confederación Sindical Internacional.

“A día de hoy, el trabajo forzoso sigue existiendo en Qatar, donde los trabajadores carecen de derechos. Los trabajadores migrantes no pueden estar protegidos por ninguna norma de seguridad a menos que puedan disfrutar del derecho a expresarse colectivamente en lo concerniente a sus salarios y condiciones en el trabajo”, ha expresado Sharan Burrow, Secretaria General, CSI.

El sistema de patrocinio, o kafala, relativo a los visados de trabajo obliga a los trabajadores a permanecer atados a sus empleadores al no permitirles abandonar el país ni cambiar de empleador sin su autorización. La ley catarí niega a los trabajadores migrantes el derecho a crear o afiliarse a un sindicato.

“No se ha hecho ni recomendado ni un sólo cambió a la legislación de Qatar, que niega a los trabajadores sus derechos fundamentales. Los trabajadores migrantes tienen prohibido disponer de una voz o de un representante en su lugar de trabajo. Un delegado para el bienestar de los trabajadores nombrado por el empleador no puede de ninguna manera sustituir a un representante de los trabajadores debidamente elegido.

“La promesa de proporcionar libertad de movimiento a los trabajadores es una farsa, puesto que Qatar impone la segregación de los trabajadores en base a criterios raciales.

“Estas normas se basan en un sistema de autocontrol obsoleto y desacreditado que no ha funcionado ni en Bangladesh ni en otros países, donde han muerto miles de trabajadores.

“Sin un mecanismo de conformidad legal como un tribunal, es imposible garantizar la aplicación de siquiera estas disposiciones”, añade Sharan Burrow.
La Carta de Bienestar de los Trabajadores Migrantes del Comité Supremo:

• Prevé el uso de trabajadores analfabetos que pueden utilizar la impresión de la huella dactilar del pulgar para firmar documentos;
• Proporciona un asistente social por cada 3.500 empleados, el cual puede pasar un máximo de 41 segundos a la semana con cada trabajador;
• Pone a disposición una línea telefónica directa para las quejas de los trabajadores, sin dar ninguna información sobre quién responderá a las llamadas ni sobre el proceso relativo al tratamiento de los agravios. La línea telefónica existente ha sido un fracaso total;
• Implica que se necesitarían campamentos de trabajo con un área total de 8 millones de metros cuadrados para los 500.000 trabajadores adicionales que Qatar dice que se van a necesitar para construir la infraestructura de la Copa del Mundo;
• No establece un sistema para registrar las muertes de trabajadores ni para garantizar la práctica de autopsias;
• Recomienda determinadas agencias de contratación acreditadas por el Ministerio de Trabajo que cobran sistemáticamente honorarios, a pesar de que las leyes prohíben este tipo de prácticas.
• No hace ninguna alusión al “calor” en lo referente a las condiciones de trabajo en un país donde los trabajadores se afanan en temperaturas que llegan a alcanzar los 50° C seis meses al año;
• No manifiesta ninguna intención de procesar a los contratistas por incumplimiento de contrato; pero en cambio los trabajadores son sencillamente enviados de vuelta a su país;
• Sólo se aplica a un número limitado de trabajadores en Qatar.

“Si la FIFA esta realmente decidida a que Qatar siga siendo el anfitrión de la Copa del Mundo en 2022, tendrá que reclamar el ejercicio de la libertad sindical para que los trabajadores puedan contar con la representación de personas de su elección.
“Reclamar medidas inmediatas para abolir el sistema de la kafala, medidas inmediatas para que se otorgue a los trabajadores los derechos a negociar sus salarios y condiciones laborales y para que se establezca la conformidad legal efectiva por medio de un sistema de tribunales para el tratamiento de quejas”, explica Sharan Burrow.

“La Carta es una farsa para los trabajadores. Promete salud y seguridad pero no contiene ningún procedimiento creíble para controlar la aplicación de las correspondientes disposiciones. Promete normas de empleo pero no otorga a los trabajadores migrantes los derechos para negociar colectivamente ni afiliarse a un sindicato. Promete igualdad pero no ofrece ninguna garantía de un salario mínimo.
“Lo único que se va a conseguir con estas disposiciones es que se sigan dando este tipo de prácticas ilícitas al reforzar un sistema de trabajo forzoso con la kafala. El anuncio que ha hecho Qatar es una reacción a la presión pública, pero no alivia la presión a la que se ven sometidos los trabajadores.

“Las disposiciones similares anunciadas por la Qatar Foundation hace casi un año tampoco han supuesto ninguna diferencia. El número de trabajadores que pierden la vida en Qatar ha aumentado. Qatar tiene que cambiar sus leyes – no hay otra alternativa”, dice Sharan Burrow.