Discurso de investidura de Sharan Burrow – Secretaria General

Es para mí un inmenso honor y un gran privilegio ser elegida Secretaria General de la CSI. La CSI es, sin lugar a dudas, la voz preeminente por los derechos de las personas trabajadoras, por la justicia, la paz y la democracia. Me siento muy honrada de poder contar con el apoyo y la confianza que me brindan. Todos ustedes han debatido y determinado un fuerte mandato esta semana – un mandato enmarcado por siete prioridades que impulsarán la estrategia de la CSI a favor de la justicia global.

Trabajo decente para todos: Empezando por la promoción de la implementación enérgica del Pacto Mundial para el Empleo de la OIT como eje de una política económica y social, generadora de puestos de trabajo.

Justicia y equidad en el mercado laboral: Revertir las desigualdades del pasado requiere la restauración de la justicia y el equilibrio en los mercados laborales, y esto nos exige luchar por los derechos de los trabajadores; promover niveles superiores de organización sindical y cobertura de las negociaciones colectivas; luchar contra el trabajo precario e informal; y hacer campaña para terminar con la brecha salarial de género y eliminar todos los otros tipos de desigualdad de género en el trabajo.

Servicios públicos, educación y sanidad de calidad para todos: Todas las personas tienen derecho a unos servicios públicos universalmente accesibles, intrínsecos al desarrollo equitativo y sostenible de las sociedades democráticas. Las inversiones en educación y sanidad son esenciales para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y la CSI trabajará en estrecha colaboración con la Agrupación Global Unions para fomentarlas. Apoyaremos a los trabajadores de Europa que se enfrentan a unas medidas de austeridad a raíz de las cuales se están aplicando recortes a los salarios del sector público, a los empleos y a los servicios públicos.

Regulación de las finanzas: Poner la economía financiera al servicio de la economía real resulta indispensable para disponer de una economía global que responda a las verdaderas necesidades humanas. Ustedes han encomendado a la CSI que haga campaña a favor de una regulación efectiva y adecuada de los mercados financieros, a favor de la eliminación de los paraísos fiscales, y de un impuesto internacional sobre las transacciones financieras.

Un futuro sostenible, con bajas emisiones de carbono: Situar la economía global en una trayectoria que evite un cambio climático catastrófico es esencial para los empleos y para el bienestar de los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo, así como para el futuro del planeta a largo plazo. La CSI trabajará por una “transición justa” y por el trabajo decente en la economía verde.

Un nuevo modelo de desarrollo: El modelo de globalización actual ha fracasado a la hora de distribuir sus beneficios de manera justa. No ha conseguido proporcionar oportunidades para un desarrollo equilibrado para todos los países, y tampoco ha logrado avances decisivos en el ámbito de la pobreza mundial y de ciertas desigualdades sumamente arraigadas. Todas las naciones han asumido responsabilidades para asegurar que todo el mundo se beneficie equitativamente de los frutos del progreso social y económico, y vamos a luchar para que se invierta en las naciones más pobres, empezando por un nivel mínimo de protección social a fin de sacar a la gente de la pobreza y desarrollar los empleos y la demanda agregada.

Gobernanza de la globalización: La crisis mundial es consecuencia directa del fracaso de la comunidad internacional a la hora de imponer una gobernanza adecuada en un proceso de globalización impulsado exclusivamente por la dinámica de la desregularización, la liberalización y la privatización. El G20 debe mantener su compromiso para con los empleos y el desarrollo, y todos los gobiernos han de asumir estos compromisos como un paso hacia una gobernanza global más efectiva e inclusiva. El fundamentalismo actual de los mercados tiene que ser reemplazado por un compromiso con la coherencia política por una dimensión social en la globalización, donde el trabajo decente sea el objetivo político primordial basado en la ratificación y la plena implementación de las normas internacionales del trabajo. La protección social y del empleo debe coexistir con indicadores económicos, como el crecimiento y la inflación, en tanto que coeficientes reales de riesgo y progreso.

Ustedes nos han recordado que todos tenemos unas responsabilidades específicas hacia las personas más vulnerables y desfavorecidas de la mano de obra, muchas de los cuales son trabajadores jóvenes o mujeres; y además han llamado la atención respecto a las necesidades de los trabajadores migrantes y aquellos que se encuentran en la economía informal. Tenemos que empezar desarrollando unos sindicatos más fuertes y verdaderamente inclusivos, que puedan responder a las necesidades frustradas de un número enorme y cada vez mayor de trabajadores, dentro de una gama de circunstancias distintas, que necesitan representación.
El Congreso reconoce que el compromiso constitucional de la CSI con el mantenimiento y la consolidación de la paz está estrechamente vinculado al logro de la justicia social. Lamenta la existencia de conflictos que siguen cobrándose la vida de muchas personas y arruinando la de los trabajadores y sus familias. Vamos a trabajar con los miembros sindicales y con la sociedad civil en todas las zonas de conflicto, y empezaremos intensificando nuestra presión por la paz en apoyo a los trabajadores de Palestina e Israel, enviando una misión a Palestina lo antes posible.

Yo soy una guerrera a favor de las mujeres y nos sigue quedando trabajo por hacer para asegurar la inclusión de las mujeres en el lugar de trabajo y en nuestros sindicatos. Las luchas de las mujeres son múltiples – demasiadas veces, en el seno de sus familias, para lograr la independencia; en el lugar de trabajo, para defender sus derechos e igualdad de oportunidades; en los sindicatos, para conseguir acceso y representación; y también en tanto que líderes sindicales. Pero la inversión en las mujeres, y su participación, no es sólo un imperativo moral sino también una inversión en democracia y un baluarte contra el fundamentalismo y la opresión. La sindicalización de las mujeres es y ha de seguir siendo una prioridad para la CSI.

Soy una organizadora y llevo muchos años organizando a trabajadores, haciendo campaña con ellos, negociando en su nombre, por sus derechos y para mejorar su vida laboral.

Yo me crié en una familia con una larga historia de luchas sindicales en Australia, y me siento extraordinariamente afortunada de poder contar con el apoyo de mi marido Peter y mis dos hijos y sus parejas, que comparten todos nuestros valores y la pasión por los derechos, la igualdad y la justicia social.
No existe mayor privilegio que trabajar por y con los trabajadores; y los hombres y las mujeres sindicalistas que deciden mantenerse firmes cada día en busca de los derechos, la libertad y la justicia son personas con las que me siento orgullosa de trabajar.

Quiero rendir homenaje a Guy Ryder, a quien ustedes ya han reconocido como un gran líder sindical. Su visión, su tenacidad y su duro e incisivo trabajo han conducido a la magnífica unidad y determinación que hemos podido sentir esta semana. Aunque su labor va mucho más allá: zonas de conflicto, sindicalistas en apuros, apoyo gubernamental, el G20, la ONU, el FMI y el Banco Mundial, movilizaciones, planes de formación y desarrollo – Guy ha estado guiándonos, apoyándonos y representándonos.

Sabio, atento, apasionado de la justicia. Es un hombre que cuenta con nuestra eterna gratitud y también con nuestro corazón. Les puedo decir que no lo vamos a perder sino que, mejor dicho, vamos a poder beneficiarnos de su liderazgo como Director General Adjunto de la OIT, lo cual supone un gran honor para Guy y un verdadero honor también para nosotros.
A Mamounata Cisse, una sindicalista de la que nos sentimos orgullosos, queremos agradecerle su dedicación, su compañerismo y su noble apoyo hacia el trabajo de los sindicatos. Nos complace igualmente poder seguir contando con su apoyo como delegada de la OIT en África.

Compañeras y compañeros: no debemos olvidar nunca a todos aquellos que han pagado el precio máximo y han dado su vida por las ambiciones que compartimos; y, sobre todo, jamás abandonaremos a todos los que están encarcelados debido al lugar que ocupan en las luchas sindicales, por la paz y la democracia.

En la justicia global no hay sitio para la avaricia corporativa. En la gobernanza nacional o global no hay sitio para la opresión de los trabajadores y sus sindicatos. En efecto, el derecho al trabajo, al trabajo decente, es un derecho humano fundamental, y la libertad sindical, la sindicalización y la negociación colectiva son los derechos que apuntalan y las herramientas que impulsan una globalización más justa.

Ahora los pueblos – De la crisis a la justicia global, no es sólo el tema de nuestro Congreso: es nuestro trabajo.

Solidaridad