La controversia política en el Congreso de EE.UU. respecto al plan de rescate financiero por valor de $700 millones puede ser fiel reflejo de la indignación y la cólera de la clase trabajadora en general, puesto que sus impuestos se utilizarán para financiar a aquellos que con su codicia, su irresponsabilidad y sus abusos han llevado a los mercados financieros mundiales al borde del colapso y han hecho surgir el espectro de la recesión global.