La decisión unánime por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de imponer nuevas restricciones económicas a Corea del Norte tras las pruebas nucleares y de misiles realizadas por el país, deja patente que la posibilidad de llegar a una solución pacífica no es descartable, y que las principales potencias mundiales tienen la capacidad de llegar a un compromiso sobre cómo presionar al régimen para que abandone las armas nucleares.