Un obrero textil, Ahmed Hosni, fue asesinado y otros cuatro resultaron heridos en Mahalla, como consecuencia de un ataque perpetrado por tres hombres, al parecer bajo las órdenes de la dirección de la empresa Al-Samoly. Una oleada de huelgas en Mahalla había sido el detonante de la revolución que desembocaría con el derrocamiento de Hosni Mubarak de la presidencia.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, indicó que “La intervención del Presidente Morsi resulta crucial, pero no ataca la raíz del problema – los trabajadores están hartos de las intrigas políticas que tienen lugar a alto nivel, mientras que cuestiones básicas, como el impago de salarios, no llegan a abordarse. El Gobierno debe actuar con prontitud respondiendo a estas preocupaciones básicas. Los trabajadores están resintiéndose por las restricciones, tanto a nivel financiero como político, y no responder a sus reivindicaciones podría tener consecuencias dramáticas”.
Decenas de miles de trabajadores en los sectores industriales de Egipto han venido participando en acciones de huelga en las últimas semanas, para protestar por los intentos por parte de la dirección de retirarles beneficios, así como para reclamar el pago de salarios pendientes e incrementos salariales. Los progresos para el establecimiento de una protección y una legislación laboral efectivas han sido muy lentos desde la revolución, teniendo en cuenta los estrechos vínculos de los empresarios con el antiguo régimen y la resistencia a cualquier cambio por parte de los militares.