Bahrein: las autoridades instrumentalizan a los migrantes, haciendo que sus vidas peligren

En la pequeña isla de Bahrein, el 77% de la mano de obra está compuesta por trabajadores y trabajadoras migrantes, en su mayoría procedentes del sur de Asia que están destinados a trabajos poco cualificados y mal pagados. La mayor parte son trabajadores temporales muy vulnerables, concentrados en los sectores de la construcción o del servicio doméstico, donde son víctimas de unas condiciones de vida y de trabajo especialmente difíciles.

Tras el potente movimiento de protesta que se inició a mediados de febrero en Bahrein, y de la respuesta represiva y ultraviolenta por parte de las autoridades bahreiníes respaldadas por tropas de países vecinos, Arabia Saudita en cabeza, el balance es de más de 20 víctimas, más de 20 desaparecidos, más de 200 detenciones y cientos de heridos, algunos acosados incluso en los hospitales.
Cinco trabajadores de origen paquistaní han sido asesinados en el curso de las últimas semanas, dos de ellos policías, y unos 40 trabajadores paquistaníes y bangladesíes han resultado heridos.

Ya implicadas en una política ultrarrepresiva que pone en peligro a diario a los trabajadores migrantes, al igual que al conjunto de la población bahreiní, las autoridades acaban de reclutar a un millar trabajadores paquistaníes para reforzar las fuerzas de seguridad. Este reclutamiento, llevado a cabo con la participación del potente aparato militar paquistaní, ofrece uno salario en las fuerzas de seguridad bahreiníes siete veces superior al de un obrero medio paquistaní.

“Sólo un diálogo de verdad y una voluntad sincera de avanzar hacia una democracia auténtica conseguirán reforzar la cohesión nacional y garantizar el futuro y la prosperidad del país”, reafirma Sharan Burrow. “Las autoridades deben llevar a cabo en seguida unas investigaciones objetivas sobre la violencia de que son víctimas los trabajadores migrantes. Solicitamos a las autoridades que dejen de recurrir a los trabajadores migrantes para los servicios de seguridad utilizados con fines represivos”, expresó Sharan Burrow.

La CSI ha sido informada de diversas tentativas de reemplazar a los trabajadores que se han declarado en huelga para protestar contra la represión que los pone en peligro y para apoyar las demandas legítimas de democratización por parte de otros trabajadores, incluidos migrantes. “Eso es una violación soez al derecho de huelga. Además, estas prácticas no respetan los procedimientos legales de contratación. Se trata de una explotación política inaceptable de trabajadores migrantes inocentes que hacen el sacrificio de abandonar su país de origen con la sola esperanza de un trabajo”, continúa la Secretaria General de la CSI.

Estas últimas semanas los trabajadores migrantes están siendo también víctimas de atrasos salariales por parte del Estado de una serie de empresas de subcontratación. Tal es el caso por ejemplo de la empresa Habib Ali Awachi (servicios industriales y comerciales), donde 200 trabajadores migrantes protestaron la semana pasada por no tener siquiera para comer, a causa de los atrasos salariales de dos a cuatro meses, lo cual también impide que los se encuentran a final de contrato puedan volver a sus países de origen.

Activamente implicada con fuerzas pacíficas de la oposición que reclaman la partida de las fuerzas armadas extranjeras, el levantamiento del estado de emergencia y el establecimiento de un verdadero diálogo para la puesta en marcha de reformas, la central sindical bahreiní GFBTU, algunos de cuyos miembros han sido víctimas de la represión, se mantiene muy clara en su voluntad de defender al conjunto de los trabajadores más pobres y menos protegidos, independientemente de su origen. Para la GFBTU, las reformas dirigidas a una mayor democracia serían beneficiosas para el conjunto de los trabajadores de Bahrein.

“En estos momentos sumamente difíciles, la CSI aporta su pleno apoyo a la central sindical bahreiní GFBTU que lleva varios años trabajando muy activamente por la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes, organizándolos sobre el terreno y acogiendo actividades internacionales, en especial con sindicatos de los países de origen. El compromiso global de la GFBTU en la lucha para conseguir más democracia y justicia social es definitivamente coherente con su combate por los derechos de los migrantes”, subraya Sharan Burrow.

Recordemos que la CSI denuncia con regularidad la suerte reservada a los trabajadores y trabajadoras migrantes en Oriente Medio y en particular en los países del Golfo. La CSI está también implicada muy activamente en la realización de campañas a favor de la adopción, el próximo mes de junio en la OIT, de un nuevo Convenio y Recomendación sobre el trabajo del hogar, herramienta indispensable para una mejor protección de las trabajadoras del hogar migrantes, maltratadas y explotadas con mucha frecuencia en esta región.

Leer Visión Sindical “De Bahrein a Malasia: movilización por la defensa de los migrantes

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