Camboya: Sindicalistas temen por sus vidas, tras la falta de justicia del Tribunal Supremo para el caso del asesinato de un líder sindical

Las autoridades camboyanas deben exonerar y poner en libertad a Born Samnang y Sok Sam Oeun, sentenciados injustamente en 2005 a 20 años de cárcel por el asesinado del líder sindical Chea Vichea, según una declaración conjunta hecha pública hoy por tres organizaciones internacionales de los derechos humanos y la mayor confederación sindical mundial.

(Nueva York, 28 de diciembre de 2008): Las autoridades camboyanas deben exonerar y poner en libertad a Born Samnang y Sok Sam Oeun, sentenciados injustamente en 2005 a 20 años de cárcel por el asesinado del líder sindical Chea Vichea, según una declaración conjunta hecha pública hoy por tres organizaciones internacionales de los derechos humanos y la mayor confederación sindical mundial.

El Tribunal Supremo de Camboya presidirá la audiencia de apelación el 31 de diciembre de 2008.

La declaración conjunta fue publicada por Human Rights Watch, la Confederación Sindical Internacional y el Observatorio para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos (un programa conjunto de la Federación Internacional de Derechos Humanos y la Organización Mundial contra la Tortura) que, desde el asesinato de Vichea, han venido siguiendo el caso de cerca.

“A la hora de revisar el caso es preciso que el Tribunal Supremo de Camboya se base en las pruebas y no se deje influenciar por la presión del gobierno”, dijo Sara Colm, directora de investigación para Human Rights Watch. “Born Samang y Sok Sam Oeun llevan ya cinco años en prisión por un crimen que no cometieron. Es hora de que se haga justicia.”

Chea Vichea, de 36 años de edad, fue fundador y presidente de la central nacional sindical camboyana Free Trade Union of Workers of the Kingdom of Cambodia (FTUWKC) y portavoz del partido de la oposición Sam Rainsy Party. El 22 de enero de 2004 fue asesinado a tiros, a plena luz del día, delante de un puesto de periódicos en Phnom Penh. Vichea era conocido por sus francos esfuerzos por la organización de los trabajadores del sector del vestuario y por la lucha para conseguir mejores condiciones laborales en Camboya, labor que siguió llevando a cabo a pesar de las amenazas de muerte que recibía.

La investigación del notorio asesinato se vio empañada por la presunta brutalidad de la policía, la confesión de uno de los sospechosos obtenida a la fuerza, la intimidación de que fueron objeto los testigos presenciales, y la interferencia política en el proceso judicial. La acusación y condena de Born Samnang y Sok Sam Oeun ha generado duras críticas por parte de activistas camboyanos e internacionales de los derechos humanos, abogados, defensores sindicales y funcionarios de las Naciones Unidas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en abril de 2008 envió a Camboya una misión de averiguación y determinación de hechos, a fin de investigar los asesinatos de sindicalistas, ha expresado en repetidas ocasiones sus serias preocupaciones respecto a las condenas de estos dos hombres y solicitado que se abra una nueva investigación del asesinato de Chea Vichea.

“La falta de justicia en este caso hace que los sindicalistas teman por sus vidas”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la Confederación Sindical Internacional, cuyas 311 afiliadas representan a 168 millones de trabajadores y trabajadoras del mundo entero. “Directivos de la OIT que se encontraban a principios de año en misión oficial en Camboya también fueron objeto de intimidación.”

En un informe publicado en noviembre, la OIT critica duramente al gobierno camboyano por no haber contenido eficazmente una serie de ataques violentos y mortales que tuvieron lugar contra sindicalistas. Según el informe, el núcleo del problema reside en la falta de independencia del sistema judicial de Camboya, que permite que los verdaderos perpetradores de estos ataques se evadan de la justicia. La atmósfera de impunidad que reina en Camboya, continua el informe, intensifica el clima de violencia e inseguridad que, a su vez, “perjudica enormemente el ejercicio de los derechos sindicales.”

En los resultados de las investigaciones que figuran en el informe de la OIT – que podrían afectar el futuro de la importante industria del vestuario de Camboya – se señala que durante la misión de la OIT en abril, el gobierno “demostró falta de voluntad para involucrase en discusiones completamente francas” y “no dio señales concretas” de que fuera a tomar medidas respecto a ninguna de las recomendaciones de la OIT.

Aparte del asesinato de Chea Vichea, se ha venido observando en Camboya una violencia constante contra activistas sindicales, incluyendo el asesinato en febrero de 2007 del directivo de la FTUWKC, Hy Vuthy y, en 2004, del miembro del Comité Directivo de la FTUWKC, Ros Sovannarith, además de una serie de amenazas y agresiones físicas contra representantes de la FTUWKC y otros sindicalistas.

Las cuatro organizaciones instaron al gobierno camboyano a llevar a cabo una investigación completa e imparcial del asesinato de Chea Vichea, así como una investigación pública e independiente sobre el proceso y gestión de las acusaciones de Born Samnang y Sok Sam Oeun.

“Si el Tribunal Supremo no proporciona la justicia exigida desde hace tiempo, mediante la liberación de estos dos hombres inocentes, no hará más que poner todavía más en evidencia la falta de progresos hacia un Estado de derecho en Camboya”, dijo Souhayr Belhassen, Presidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos.

Las organizaciones instaron igualmente al gobierno camboyano a tomar medidas inmediatas para abordar las cuestiones clave destacadas en este caso: la impunidad endémica y la falta de Estado de derecho en Camboya, la interferencia gubernamental en el sistema judicial, la intimidación y violencia a la que se enfrentan miembros y líderes sindicales, y la tortura generalizada que practica la policía.

“Es hora de que las autoridades camboyanas hagan justicia con Born Samnang y Sok Sam Oeun, y detengan la práctica generalizada de la tortura de la que hace uso la policía camboyana para conseguir a la fuerza confesiones de sospechosos criminales”, dijo Eric Sottas, Secretario General de la Organización Mundial contra la Tortura.

Antecedentes
Las investigaciones policiales y judiciales del asesinato de Vichea se vieron empañadas por una serie de falencias de procedimiento y violaciones de las normas legales internacionales. La policía habría torturado a Born Samnang para conseguir que confesara. Un juez que en principio había retirado los cargos que se imputaban a los dos hombres, por falta de pruebas, fue inmediatamente destituido de su puesto, y los cargos fueron restablecidos. El posterior juicio de los dos hombres se llevó a cabo violando flagrantemente la ley camboyana y las normas internacionales de un juicio justo. En abril de 2007, el Tribunal de Apelaciones del país reconfirmó las condenas a pesar de que el propio fiscal del Estado reconocía que no había pruebas suficientes.

Los familiares de Chea Vichea creen que Born Samnang y Sok Sam Oeun no son responsables del crimen, al igual que afirma Var Sothy, dueña del puesto de periódicos y principal testigo del asesinato, que tuvo que huir del país por miedo a las represalias mortales contra ella.

Para ilustrar la politización del sistema judicial camboyano, cabe señalar que el Presidente del Tribuna Supremo, Dith Munthy, es miembro del Comité Permanente del partido en el poder, el Cambodian People’s Party. En los sucesivos informes de la ONU sobre derechos humanos durantes los últimos 15 años se ha citado la falta de independencia judicial, que constituye además una de las mayores preocupaciones en los continuos intentos por hacer comparecer ante la justicia a los líderes de Khmer Rouge. El gobierno camboyano hace tiempo que ha reconocido los defectos del sistema judicial, y se ha comprometido a abordarlos, pero no ha dado ningún paso significativo para conseguirlo.

Para más información, rogamos contacte con:

• En Phnom Penh, Sara Colm, Human Rights Watch: +855-12-804-755

• En Bruselas, Mathieu Debroux, Confederación Sindical Internacional: +32 (0)2 224 02 04 (tel. directo); +32 (0) 476 62 10 18 (móvil)

• En París, Karine Appy, Federación Internacional de Derechos Humanos: + 33 1 43 55 14 12

• En Ginebra, Delphine Reculeau, Organización Mundial contra la Tortura: + 41 22 809 52 42,

• En Londres, Brad Adams, Human Rights Watch: +44-790-872-8333 (móvil)

• En Nueva York, James Ross Human Rights Watch: +1-646-898-5487 (móvil)

Para más información sobre el asesinato de Chea Vichea y las acusaciones de Born Samnang y Sok Sam Oeun, véase:

• Noviembre de 2008, Conclusiones del Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo respecto a la violencia contra sindicalistas camboyanos

• Junio de 2007, informe (en inglés) sobre Licadho: “Innocent Prisoners Awaiting Justice”

• 12 de Abril de 2007, declaración (en inglés) del Representante Especial del Secretario General de la ONU por los derechos humanos en Camboya, “The Special Representative expresses deep regret over the upholding of the sentences against Born Samnang and Sok Sam Oeun”

• 10 de agosto de 2006, declaración (en inglés) escrita de la principal testigo presencial del asesinato de Chea Vichea

• 3 de octubre de 2006, queja sobre el caso cerrado de Chea Vichea por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (actualmente, la Confederación Sindical Internacional) ante la Organización Internacional del Trabajo

• Más documentos informativos

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