Primer plano de Michel Barka (Chad-UST)

"Chad: los dirigentes sindicales, blanco predilecto del gobierno"

A pesar de los ingresos petroleros, Chad continúa viviendo la inseguridad, la corrupción, la falta de democracia y una profunda pobreza. Los sindicatos que luchan por introducir cambios se ven sometidos a una represión solapada por parte de las autoridades. Entrevista a Michel Barka, Presidente de la central sindical Union des syndicats du Tchad (UST) y miembro, hasta enero de 2008, de la Corporación de control y supervisión de los recursos petrolíferos.

La UST se ha convertido en blanco favorito de los ataques antisindicales por parte de las autoridades desde hace varios meses. ¿A qué se debe?

Todo empezó con las reivindicaciones salariales de 2005. La explotación petrolera comenzaba a generar enormes beneficios pero el poder adquisitivo tendía a disminuir. En aquel momento, a petición del Presidente, habíamos aceptado aplazar nuestras reivindicaciones, esencialmente porque nos había prometido un primer aumento salarial del 5% a partir de 2006. La promesa no se cumplió. A principios de 2007, visto que todo el movimiento sindical chadiano parecía apoyar nuestras reivindicaciones, decidimos proponer la creación de una Intersindical. Todos los dirigentes sindicales encontraron que era una excelente idea. Desgraciadamente, en el momento de establecerla formalmente, algunos empezaron a dudar, indicando que no habían tenido suficiente tiempo para consultar a sus bases, etc. Pero no podíamos esperar. La Intersindical convocó la huelga general, que tuvo un seguimiento masivo en todo el territorio. Hasta que, de repente, el sindicato de docentes (Syndicat des enseignants du Tchad - SET), una organización autónoma, anunció que abandonaba la Intersindical y ponía fin a la huelga.

¿Qué han descubierto?

Un caso de corrupción. Disponemos de pruebas de que el gobierno pagó 200 millones de CFA a los dirigentes del SET para que abandonasen el movimiento de huelga y la Intersindical. Molestos por no haber recibido su “comisión”, los intermediarios que aportaron el dinero a los dirigentes del SET se vengaron revelándonos los hechos. Al cabo de algunas semanas, conseguimos hacernos con una copia del documento donde se establecen los términos y las condiciones del acuerdo. Por supuesto, el Secretario General del SET lo negó todo, e intentó incluso intimidarnos. De repente se había convertido en alguien importante en el Chad, puesto que el poder lo había recuperado totalmente para su causa, incluyéndolo en todo tipo de estructuras estatales.

¿Consiguió su objetivo el gobierno?

Efectivamente, al constatar las dudas de algunos dirigentes en el momento de establecerse la Intersindical, se dio cuenta de que tenía la posibilidad de dividirnos. Y a esa intentona siguieron otras. Por ejemplo, François Djondang y Younous Mahad, Presidente y Secretario General del sindicato de la sanidad fueron también abordados por un Ministro de Estado, pero no se dejaron corromper. En cuanto a la huelga, la presión era excesiva para los trabajadores. Las violaciones de los derechos sindicales se multiplicaban. Numerosos militantes fueron intimidados. El movimiento se estaba sofocando, así que decidimos suspender la huelga. Las organizaciones que no formaban parte o que habían abandonado la Intersindical concluyeron un protocolo de acuerdo que retomaba algunas de nuestras reivindicaciones. Pero hoy en día, este protocolo dista mucho de ser respetado. Incluso los dirigentes de la CLTT, que lo firmaron, lo reconocen ahora. Esperemos que nuestros compañeros aprendan la lección: no podemos tener éxito si no permanecemos unidos.

¿De qué otros ataques antisindicales han sido víctimas?

La disolución arbitraria de la Intersindical en 2007 constituye una violación del Convenio N°87 de la OIT y la negativa a negociar con los representantes designados por los trabajadores contraviene el Convenio N°98. Durante la huelga, el gobierno modificó la legislación sobre el derecho de huelga restringiéndolo considerablemente. Denunciamos igualmente que el poder no ha querido tener en cuenta la representatividad sindical. No se respetaron determinados criterios legales en la materia. Por ejemplo, en el Comité Económico y Social, la designación de miembros no tiene en cuenta nuestra especificidad. Sitúan a la UST al mismo nivel que una treintena de federaciones. Desde hace varios años, el gobierno deniega a nuestro Secretario General, Djibril Assali, el derecho de representar a los trabajadores durante la Conferencia Internacional del Trabajo. El año pasado, le confiscaron el pasaporte para impedirle participar. De hecho, la justicia chadiana le ha abierto una causa, junto con Haroum Khager, asesor de la UST, por haber denunciado los casos de corrupción que acabo de exponerles. Ambos dirigentes se han convertido en blancos de las fuerzas en el poder. Fueron despedidos a causa de sus actividades sindicales y, en la práctica, tienen prohibido trabajar en el país. No son los únicos. Desde 2005, centenares de nuestros miembros han sido víctimas de actos de intimidación o de sanciones por haber participado en huelgas.

En cuanto a su sustitución en la Corporación de control y supervisión de los recursos petrolíferos, donde actuaba en tanto que representante de los sindicatos, ¿Constituye también una especie de sanción por parte del gobierno?

¡Por supuesto! La huelga ha tenido mucho que ver, al igual que los últimos acontecimientos. Inmediatamente después del ataque rebelde a principios de febrero de 2008, el gobierno adoptó todo tipo de decisiones arbitrarias. No soy el único que ha sido expulsado de esta institución, es también el caso del presidente de la Liga Chadiana de Derechos Humanos (LTDH) y de la representante de las organizaciones de desarrollo. Es una pena, pero me ha ayudado a adquirir experiencia y a conocer a fondo mi propio país. Yo era el ponente general, algo que representaba un gran honor. En la actualidad, dudo mucho que esta institución pueda seguir desempeñando el papel que ha tenido hasta el momento.

La creación de esta Corporación respondía a las exigencias del Banco Mundial, que pretendía hacer de la explotación petrolífera en Chad todo un ejemplo de buena gobernanza a escala mundial. ¿Piensas que esta Corporación ha perdido su legitimidad?

En efecto, así lo creo. Hay que tener en cuenta que tras la confrontación entre el Banco Mundial y el gobierno, a causa de la decisión adoptada por este último de modificar la ley sobre el petróleo (1), el Banco Mundial consiguió que el poder de control de la Corporación se ampliase a la totalidad de los ingresos derivados del petróleo y no sólo a los beneficios directos. Estos beneficios indirectos, es decir, los impuestos y contribuciones constituyen el premio gordo, el bote de donde el gobierno puede sacar fondos sin el menor reparo. Por este motivo, tenemos que ser sustituidos por personalidades más “flexibles”.

Pero incluso con esos cambios, los beneficios de la explotación petrolífera no son brillantes. Raros son los chadianos que piensan que esos recursos financieros han servido para el desarrollo del país y la reducción de la pobreza.

Tampoco puede decirse que haya sido un fracaso absoluto. De 2004 a 2007, los beneficios directos fueron utilizados para la construcción de escuelas, de centros de salud, de carreteras, de reservas de agua, etc. La Corporación pudo verificarlo. Pero también ha emitido numerosas críticas sobre la manera en que se gestionaban los presupuestos. Resulta igualmente evidente que muchas de las infraestructuras ya no funcionan adecuadamente por falta de personal, de material, de medicamentos, etc. El problema es que la Corporación no tuvo ningún control sobre los beneficios indirectos, diez a veinte veces superiores a los directos. No somos tontos. Ese dinero ha servido en gran parte para subvencionar el ejército, comprar carros de combate y helicópteros. En la zona de explotación, que debe recibir el 5% de los ingresos del petróleo, la corrupción es tremenda. Los miembros de la comisión encargada de gestionar los recursos acaban de ser sustituidos por segunda vez. En Doba, por ejemplo, se construyó un estadio en lugar de preocuparse por prioridades como la depuración del agua.

¿Pueden los sindicatos tener un papel en la pacificación del país?

Chad es un país increíblemente complejo, con divisiones étnicas y religiosas. El conflicto es prácticamente una forma de vida en este país. Pero no encontrarán a nadie en Chad que ose afirmar que la UST está implicada en esas divisiones. Reunimos a todo el pueblo chadiano: sudistas, nordistas, cristianos, musulmanes… Si esto funciona en nuestra organización, es porque tenemos un sistema democrático. Negociamos de forma abierta y transparente y, después, compartimos los resultados de las negociaciones. Es así como debería ocurrir a nivel nacional para pacificar el país: es necesario un diálogo franco e inclusivo que integre a todos los actores implicados en la crisis. Pero en Chad, en cuanto se habla de rebeldes, uno es sospechoso de colaborar con el enemigo. Realmente, la mejor arma es el diálogo y la educación. Llegados a este punto, he de insistir en el papel fundamental que ha desempeñado PANAF (2) para promover el diálogo y la paz entre los trabajadores. Más allá de la formación sindical, con el apoyo de la central sindical americana AFL-CIO, hemos llevado a cabo una campaña cívica durante las elecciones de 2001. Junto con varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, hemos creado una radio de gran audiencia en la capital, pese a haber sido clausurada recientemente por el gobierno. Estamos presentes en todas las estructuras establecidas para hacer avanzar la democracia, como el Comité de seguimiento del llamamiento a la paz y a la reconciliación. Pese al carácter antidemocrático del gobierno, tenemos la intención de continuar inculcando las virtudes del diálogo a nuestros compatriotas. Al menos eso nos permitirá establecer unos vínculos estrechos con todos aquellos que buscan un cambio y la paz en el Chad.

Entrevista de Jacky Delorme.



(1) A causa de las presiones del Banco Mundial, la ley de 1999 sobre la gestión de los ingresos petroleros preveía que gran parte de los beneficios directos se destinasen a sectores prioritarios como la salud, la educación y el desarrollo rural. Un monto equivalente al 10% de los recursos financieros totales debía ingresarse en un Fondo para las futuras generaciones. Las enmiendas de 2006 incluyen particularmente la supresión de este Fondo y, más en general, la reducción de los gastos consagrados a la lucha contra la pobreza.

(2) El Programa panafricano de educación obrera (PANAF) tiene por objetivo la formación de los trabajadores/as mediante círculos de estudio organizados en el lugar de trabajo.

- Véase también el Dossier de Visión Sindical titulado “Chad: La paz como reivindicación”