Bloqueo a Qatar: inquietud por los trabajadores migrantes en una región en crisis

La inquietud por las condiciones de los trabajadores migrantes en Qatar va en aumento, ya que continúa el bloqueo a este país por parte de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros países.

Los trabajadores originarios de Bangladesh, India y Nepal señalan que los precios de los alimentos esenciales se han duplicado a causa del cierre de la frontera con Arabia Saudita y la suspensión de los enlaces aéreos y marítimos con Qatar. El abastecimiento de alimentos mediante costosos fletes aéreos procedentes de Irán y Turquía están haciendo subir los precios, al tiempo que también se ve comprometida la disponibilidad de materiales para el enorme programa de infraestructuras destinadas a la Copa Mundial, tales como estadios, redes de transporte, miles de habitaciones de hotel y otras obras de construcción.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, señaló a este respecto: “Los trabajadores migrantes en Qatar, que ganan solamente 70 USD por semana, tienen que encarar mayores restricciones a medida que suben los precios de los alimentos. Aun cuando los qataríes adinerados no notan la diferencia, el peso de la crisis ya está haciéndose sentir entre los migrantes empobrecidos y carentes de derechos que trabajan en el marco del sistema kafala. Los probables retrasos en los proyectos de construcción seguramente aumentarán la presión sobre la inmensa fuerza de trabajo migrante, en un país donde los trabajadores no tienen un acceso real a la justicia. Los que quieren salir del país tienen que obtener el permiso de su empleador, y muchos trabajadores siguen pagando deudas a los agentes de contratación que organizaron su viaje a Qatar. El Gobierno de Qatar debería, como medida humanitaria inmediata, suprimir como requisito obtener el permiso de salida del sistema kafala para que aquellos que deseen regresar a su país no se queden atrapados en Qatar”.

Las empresas multinacionales que hacen negocios en Qatar también deben asumir la responsabilidad de los trabajadores de sus cadenas de suministro, incluyendo a los transportistas que se quedaron varados al iniciarse el bloqueo y los trabajadores migrantes que viajan a través de Qatar, que hasta ahora era un punto neurálgico para viajar a otros países de la región. Es preciso atender las necesidades inmediatas de estos trabajadores, y deben cumplirse los contratos y promesas salariales. La Federación Internacional de Periodistas también ha pedido a Arabia Saudita y a sus aliados que dejen de utilizar a los periodistas como arma política, ya que la red Al Jazeera, financiada por Qatar, se encuentra paralizada en varios países < http://www.ifj.org/nc/news-single-view/backpid/50/article/stop-using-journalists-as-political-footballs-in-qatar-crisis-demands-ifj/ >. Las empresas de construcción en Qatar deben asegurarse de que los retrasos en los proyectos de infraestructura no den lugar a despidos o reducciones salariales.

La posición de Arabia Saudita, los EAU y Bahrein, impulsores del bloqueo, muestra las divisiones existentes entre los países de la región y las diferentes posiciones adoptadas por las familias gobernantes en lo relativo al apoyo a diversos grupos fundamentalistas y los riesgos que implican para su control absoluto del poder en el Golfo.

Arabia Saudita y Qatar también están enfrascados en una escalada armamentista, ya que el Gobierno saudí ha anunciado un acuerdo de venta de armas por un valor de 110 mil millones de USD con los Estados Unidos. Qatar, por su parte, ha comprado armamento militar por 12 mil millones de USD, también a los EE.UU. Estos acuerdos de venta de armas vienen a sumarse a una avalancha de material militar observada en los últimos años de parte de otros países exportadores de armas en la región. La guerra de poder entre Arabia Saudita e Irán en Yemen ha costado miles de vidas inocentes y ha hundido al país en una epidemia de cólera, donde se registran en torno a 5.000 nuevos casos cada día. El anuncio de Turquía de que desplegará miles de soldados en Qatar, además de la enorme presencia militar de Estados Unidos, probablemente aumentará las tensiones en la región.

“La ausencia de democracia y de derechos humanos en los países del Golfo y los acuerdos de ventas masivas de armas con Estados Unidos y otros países, a la par de políticas autoritarias de potencias regionales como Turquía e Irán, amenaza con amplificar aún más el conflicto, extendiendo así las devastadoras guerras ya existentes en el Oriente Medio. Son la población, los ciudadanos de los países en conflicto y los trabajadores migrantes los que mantienen a flote las economías de los países del Golfo y los que están pagando el precio más alto”, concluyó Burrow.