Agentes de la policía irrumpieron hoy en las oficinas de la KCTU y sus sindicatos miembros, confiscando computadoras, documentos y otro equipo, con el objetivo de suprimir las actuales protestas contra la nueva legislación laboral que hará que más trabajadores y trabajadoras terminen con empleos inseguros y salarios reducidos.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI indicó que “la presidenta coreana Park Geun-hye está dando muestras de las peores tendencias dictatoriales de los días más oscuros de la opresión política en Corea. Le instamos a asumir la responsabilidad de anular la persecución del presidente de la KCTU por parte de la policía y liberar a todos los sindicalistas detenidos hasta la fecha. El mundo afronta retos reales e inmensos a la democracia y a la seguridad, y la actual campaña del Gobierno coreano contra aquellos que defienden a los trabajadores y la democracia en el lugar de trabajo, es totalmente descabellada. Los trabajadores y trabajadoras necesitan empleos seguros y salarios decentes, y todos los países deben defender y apoyar los pilares fundamentales de la democracia, incluidos los sindicatos, en vez de intentar destruirlos. La presidenta Park debería defender a sus ciudadanos en lugar de seguir el juego a los poderosos conglomerados industriales coreanos que la están utilizando para reafirmar su poder y sus privilegios”.
El presidente de la KCTU Han Sang-gyun, indicó que “el día de hoy, el Gobierno y la policía han pisoteado los derechos de la KCTU y de los trabajadores y trabajadoras en Corea. Las fuerzas policiales antidemocráticas y antisindicales del Gobierno de Park Geun-hye han provocado la indignación de la clase trabajadora. Extenderemos la solidaridad de los trabajadores y lucharemos por detener el proyecto de reforma a la legislación laboral que hará que resulte más fácil para los empleadores despedir a sus empleados, recortar salarios y crear más empleo precario. Estas reformas no contribuirán a crear los puestos de trabajo prometidos por el Gobierno, únicamente conseguirán que todos los empleos sean inseguros y mal remunerados. Junto con la CSI, trabajaremos en aras de construir un mundo donde se respete a los trabajadores y sus derechos”.
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New York Times
