Bruselas, 29 de junio de 2007: Con ocasión de la finalización de los preparativos para la firma el 30 de junio de un tratado entre Corea del Sur y los Estados Unidos, denominado KORUS-FTA (Tratado de Libre Comercio KORUS), la CSI, junto con la Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la OCDE, se adhirió a sus afiliadas de Corea y de los Estados Unidos para poner de manifiesto su oposición al tratado en su formulación actual.

La inminente firma del tratado KORUS originó una huelga esta semana convocada por la Unión de Obreros Metalúrgicos de Corea (KMWU), en protesta por el tratado y como parte de una amplia coalición de agrupaciones coreanas que se oponen al mismo. El año pasado, las dos afiliadas que la CSI y la CSC tienen en Corea -la FKTU y la KCTU- se sumaron a la AFL-CIO para poner de manifiesto su profunda preocupación por el curso que seguían las negociaciones del KORUS.

El gobierno ha amenazado con declarar ilegal esta huelga del KMWU y los últimos informes sobre Corea que emitió el Comité de Libertad Sindical de la OIT siguen siendo altamente críticos con respecto a la continua represión de los derechos sindicales que practica el gobierno de ese país. El Comité subrayó que el gobierno no cumplió las promesas de ratificar los Convenios núm. 87 y 98 de la OIT que hiciera cuando una misión tripartita de alto nivel de esa organización estuvo en Corea y presentó su informe al respecto ante el Consejo de Administración en 1998.

La CSI considera que los acuerdos comerciales deberían ser conducentes a que se creen puestos de trabajo decentes y desarrollo, como así también brindar protección para las normas fundamentales del trabajo. Sin embargo, en el tratado de libre comercio KORUS, las disposiciones destinadas a proteger tales normas están demasiado limitadas como para que se las ponga inmediatamente en práctica. Si bien el tratado incluiría una posible disposición sobre multas en caso de violaciones de las normas fundamentales del trabajo, las sanciones máximas son muy inferiores a las aplicables en caso de quebrantamientos comerciales de lo estipulado en el acuerdo, por lo que corren el riesgo de no ser eficaces.

Además, al negociar este tratado, ninguno de los gobiernos evaluó su posible repercusión económica y social en los trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, como subrayara la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas, a la cual está afiliada la KMWU, es probable que, en caso de que se lo firmara, este tratado de libre comercio origine una aceleración de la movilidad del capital y de la especulación financiera entre Corea y los Estados Unidos, dando lugar así a más reestructuraciones y disminuciones de los salarios, de la estabilidad en el empleo y de las condiciones de trabajo..

En consecuencia, la CSI y la CSC reclaman:
• Que se postergue la firma del tratado hasta que se lo haya reformulado a fin de que el mismo promueva el trabajo decente y el respeto de las normas fundamentales del trabajo;
• Que se lleve a cabo una evaluación completa y pública de las repercusiones económicas y sociales que este tratado de libre comercio tendrá sobre los trabajadores y trabajadoras de ambos países;
• Que se incluyan salvaguardas para los servicios públicos, los derechos de los trabajadores, el medio ambiente y el desarrollo económico;
• Que tanto en Estados Unidos como en Corea se pongan en práctica las normas fundamentales del trabajo de la OIT y las recomendaciones que hiciera su Comité de Libertad Sindical a los gobiernos de ambos países.

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales.

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