La seguridad de los transbordadores peligra por una iniciativa “repugnante”

Un sindicato marítimo condena el plan del gobierno británico de revocar las cuatro leyes relativas a la seguridad marítima introducidas luego del accidente del transbordador Herald of Free Enterprise en 1987, en el que murieron 193 personas. El sindicato Nautilus International acusa al gobierno de de dar más prioridad a los costos que a la seguridad en su “repugnante” plan de eliminar el requisito de que la cubierta de los buques de pasajeros de transbordo rodado (ro-ro) esté equipada con taquillas que contengan el equipo de emergencia, compuesto por hachas, ganzúas, dispositivos elevadores y escaleras.

Un sindicato marítimo condena el plan del gobierno británico de revocar las cuatro leyes relativas a la seguridad marítima introducidas luego del accidente del transbordador Herald of Free Enterprise en 1987, en el que murieron 193 personas.
Nautilus International acusa al gobierno de dar más prioridad a los costos que a la seguridad en su “repugnante” plan de eliminar el requisito de que la cubierta de los buques de pasajeros de transbordo rodado (ro-ro) esté equipada con taquillas que contengan el equipo de emergencia, compuesto por hachas, ganzúas, dispositivos elevadores y escaleras.
En su respuesta a una consulta pública sobre este proyecto, Nautilus afirma que se trata de un plan “promovido por el dogma de la desregulación” y que es totalmente inaceptable la eliminación de un equipamiento que podría ayudar a salvar vidas en caso de emergencia. Añade que las propuestas se basan en la hipótesis “peligrosamente complaciente” de que las causas que provocaron el desastre del Herald se subsanaron con las medidas de seguridad introducidas posteriormente.
El sindicato afirma que las taquillas con los equipos de emergencia son más importantes que nunca debido al tamaño cada vez mayor de los transbordadores. “La importancia de dicho equipo — o la falta de este — quedó demostrada en el reciente accidente del transbordador surcoreano Sewol”, afirma Nautilus. Se estima que unas 300 personas fallecieron en dicho hundimiento, ocurrido en abril de 2014.
En julio, la central sindical británica TUC describió la iniciativa de reducir los requisitos de seguridad a bordo como un ejemplo más de “la desregulación disparatada, ridícula, peligrosa y por motivos ideológicos”.