Habida cuenta de que la Agenda 2030 ya ha sido aprobada, la atención se vuelca ahora en su aplicación y seguimiento. Si bien el marco general del seguimiento ha sido incluido en el instrumento, los detalles sobre los aspectos que van a ser supervisados todavía se están negociando a través de un Grupo de Expertos procedentes de diversos organismos y de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas. Dado que este proceso se encuentra, pues, aun en marcha y que se espera llegar a un acuerdo sobre el conjunto de indicadores en la próxima reunión de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas en marzo/abril de 2016, los sindicatos pueden todavía influir en la forma que revestirá la Agenda 2030. La importancia del marco de los indicadores no puede ser subestimada, pues, como se suele decir, lo que se mide se hace. Deberían realizarse esfuerzos muy específicos, en particular a través de las centrales sindicales nacionales, junto con sus homólogos gubernamentales, con el fin de asegurar que se establezca un conjunto de indicadores que mantengan una perspectiva ambiciosa en la serie de metas y objetivos ODS convenidos.
Es muy importante que en la Agenda 2030 se haya reconocido que los Gobiernos por sí solos no serán capaces de llevar a la práctica un programa tan ambicioso y que todos los actores de la sociedad, a todos los niveles –mundial, regional, nacional y local–, deberán contribuir a este objetivo. Por lo tanto, es fundamental que los sindicatos participen en la aplicación de la Agenda 2030. Es también esencial que se comiencen a diseñar estrategias sobre la forma de conceder a los sindicatos la voz y la influencia necesarias para llevar la Agenda 2030 a la práctica, y que se asegure que la ambición plasmada en los objetivos y metas se materialice en todos los niveles (mundial, regional y específicamente a nivel nacional).
Un informe narrativo del seminarion será publicado próximamente.
Los documentos de referencia y las presentaciones están disponible aquí.