El movimiento sindical está intensificando sus esfuerzos para conseguir la aplicación a nivel nacional de la nueva Recomendación 200 de la OIT relativa al VIH y el SIDA y el mundo del trabajo. Este instrumento trascendental de la OIT abre un nuevo camino, proporcionando un marco para que el VIH y el SIDA se aborden como una problemática del ámbito laboral y como una cuestión que refuerza las consecuencias de la pandemia en lo que respecta a los derechos humanos.
Si bien la financiación destinada al VIH y el SIDA se ha visto afectada por la recesión mundial, tenemos que recordar que el SIDA propiamente dicho no está en recesión. Continúa cobrándose un mortal tributo: por cada dos personas que empiezan a recibir el tratamiento, se infectan cinco más. "Los gobiernos se han comprometido a reducir la propagación de esta enfermedad para el año 2015, y la acción en el lugar de trabajo y la labor sindical en el contexto social más amplio es fundamentalmente importante para lograr este objetivo", afirmó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.
La CSI y sus socios de la Agrupación Global Unions piden que se reconozca plenamente la dimensión propia a los derechos humanos del VIH y el SIDA, así como el papel fundamental que desempeña la legislación contra la discriminación tanto en la reducción de las tasas de infección como para garantizar la equidad e igualdad para todas las personas afectadas. Los aspectos principales en los que los sindicatos exigen medidas son:
• Marcos legislativos que impidan la discriminación relacionada con el VIH en la contratación y el empleo;
• Creación de oportunidades de ingresos para las trabajadoras y trabajadores que viven con el VIH y sus familias, incluidos los trabajadores migrantes así como los que trabajan en ámbitos informales y no protegidos;
• Prestación de protección social no discriminatoria basada en el estado real o percibido de infección por el VIH;
• Confidencialidad, privacidad y libertad respecto a las pruebas obligatorias del VIH en el lugar de trabajo, incluido un mayor número de medidas sobre la protección de los datos en relación con el empleo;
• Vinculación de las medidas de aplicación de la Recomendación 200 con el cumplimiento de todas las demás normas de la OIT, en particular las relativas a la libertad sindical y la negociación colectiva y la discriminación;
• Fortalecimiento de las inspecciones del trabajo y la administración; e
• Hincapié en las dimensiones regional y nacional de las medidas para luchar contra el VIH y el SIDA.
"La ciencia médica por sí sola nunca será suficiente para poner un alto a esta pandemia. La dimensión social es igualmente importante; sin embargo, todavía no se hace lo suficiente para aprovechar la experiencia y el alcance de los sindicatos en el mundo del trabajo y en la comunidad. El nuevo instrumento de la OIT debe dar el impulso necesario para la acción en el lugar de trabajo así como un reconocimiento más amplio de los aspectos relativos a los derechos humanos", declaró Sharan Burrow.