El Gobierno de Bangladesh y las marcas mundiales son corresponsables de las muertes en las fábricas

photo: Photo: Flickr_Abir Abdullah

La trágica muerte de por lo menos 30 trabajadores y trabajadoras y de las lesiones de un número mucho más importante en el incendio que se produjo el sábado en la fábrica Tampoco Foil, en Bangladesh, muestra la total indiferencia del Gobierno de Bangladesh por la seguridad de los trabajadores y la más absoluta irresponsabilidad de las empresas multinacionales que hacen negocios con la fábrica con respecto a la vida de los trabajadores y las trabajadoras de sus cadenas de suministro.

Los trabajadores y las trabajadoras fallecieron debido a la explosión de una caldera en el interior del edificio de la fábrica, una vieja estructura a la que se habían añadido pisos adicionales, propagando el fuego y causando, finalmente, el derrumbamiento del edificio. El exiguo edificio, repleto de materiales inflamables, era totalmente inadecuado para albergar una fábrica y, de acuerdo con la información recibida por la CSI, tenía funcionando una sola salida.

El propietario de la fábrica Syed Mokbul Hussain, un antiguo miembro del Parlamento, está siendo demandado por los padres de uno de los fallecidos por homicidio involuntario. Más de la mitad de los diputados del parlamento de Bangladesh tienen intereses comerciales, muchos de ellos son propietarios de fábricas. Las solicitudes de los trabajadores y las trabajadoras de las fábricas de Bangladesh de registrar sus organizaciones sindicales son sistemáticamente ignoradas por el Gobierno; como consecuencia, solamente han podido organizarse sindicalmente en un reducido porcentaje de fábricas. Las principales empresas multinacionales, tales como British American Tobacco, Mondelez y Nestlé son públicamente reconocidos como usuarios de la fábrica en sus cadenas de suministro.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, comentó a este respecto: “Todas estas marcas mundiales dicen tener estrictas normas para sus proveedores con el fin de proteger a los trabajadores de este tipo de tragedias. Cuando las empresas engañan a los reguladores y a los accionistas existen sanciones reales, pero cuando formulan falsas afirmaciones con respecto a la protección de las vidas de los trabajadores y de las trabajadoras no hay consecuencias jurídicas. Nada sustituye el Estado de Derecho; sin embargo, incluso el más elemental derecho de los trabajadores y de las trabajadoras a formar sindicatos para proteger sus derechos y su seguridad es sistemáticamente suprimido por el Gobierno de Bangladesh. Una vez más es indiscutible la necesidad de una responsabilidad jurídica y de que se haga cumplir en todas las cadenas mundiales de suministro, por lo que hacemos un llamamiento a los Gobiernos, empezando por el G20, para que lo haga realidad con toda urgencia”.