Declaración sindical internacional sobre Corea

Una delegación internacional, integrada entre otros por TUAC, CSI, ISP e ITF, completa el día de hoy una misión de cuatro días en la República de Corea, para examinar la situación relativa a los derechos humanos y sindicales.

Nuestra misión ha venido a confirmar lo que nos temíamos: que bajo la actual Administración, el Gobierno ha emprendido una ola de intensa represión contra el sindicalismo y contra la sociedad civil, nunca vista en los últimos años y que amenaza con dejar desprovista de valor la democracia en el país. Nos preocupa profundamente la total falta de respeto del Gobierno hacia las normas internacionales del trabajo en la ley y en la práctica. También resulta extremadamente inquietante que nuestras solicitudes para reunirnos con los ministros relevantes a fin de discutir estas preocupaciones hayan sido denegadas.

Una cuestión particularmente preocupante es que, según tenemos entendido, numerosos líderes laborales y trabajadores estén actualmente detenidos o encarcelados, acusados de obstrucción al derecho mercantil, por el hecho de haber emprendido acciones laborales que se considerarían legales en cualquier otro lugar del mundo. Corea lo hace pese a que la Organización Internacional del Trabajo ha indicado claramente que el encarcelamiento de sindicalistas por realizar huelgas pacíficas está estrictamente prohibido. Además, al parecer su detención no es legal en base a la jurisprudencia establecida en el país, teniendo en cuenta que la huelga no fue una sorpresa para nadie. Estos esfuerzos por destruir las organizaciones sindicales eliminando a sus líderes se suelen combinar con abusivas demandas por daños y perjuicios contra los sindicatos, cuyo único objetivo es llevarlos a la bancarrota. Las demandas contra algunas personas, por sumas que nadie podría pagar, han conducido en ocasiones al suicidio. Ninguna democracia madura recurriría a esta clase de actos. Exhortamos por tanto al Gobierno a la inmediata liberación de todos los trabajadores detenidos o encarcelados a causa de su participación en huelgas, incluidos los cinco líderes del sindicato ferroviario Korean Railway Workers Union, que fueron arrestados durante nuestra misión.

Condenamos enérgicamente la redada ilegal efectuada en las oficinas de la central sindical Korean Confederation of Trade Unions (KCTU) el 22 de diciembre de 2013. Ese día, la policía irrumpió en el edificio para proceder con una orden de registro de manera inapropiada, destruyendo la propiedad sindical en el proceso. La policía arrestó indiscriminadamente a los manifestantes concentrados en el exterior, utilizando gas pimienta. En total, 138 personas fueron detenidas, incluido el Secretario General de la KCTU y otros dos líderes de la central sindical, así como el Presidente del sindicato de docentes Korean Teachers and Education Workers Union (KTU) y los presidentes de otras dos organizaciones afiliadas a la KCTU.

Nos sigue preocupando el claro plan del Gobierno de eliminar los sindicatos en el sector público. La retirada del registro al KTU continúa conmocionando a trabajadores y Gobiernos en todo el mundo – con el pretexto de que el sindicato permitió que los trabajadores despedidos ilegalmente siguieran siendo líderes o miembros del sindicato. También nos consterna que el Gobierno haya rechazado una vez más el registro al sindicato de funcionarios Korean Government Employees Union (KGEU), lo que impide que el sindicato pueda representar adecuadamente a sus miembros a fin de garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a unos servicios públicos de calidad. Una vez más, la comunidad internacional, incluyendo la OIT, manifestó su enérgica condena a estas decisiones, no encontrando sino silencio por parte de la Administración Park. Por si fuera poco, el Gobierno incautó ilegalmente los servidores informáticos del sindicato, fundándose en una supuesta alegación de falta de neutralidad política – requisito que ya de por sí supone una clara violación de la legalidad internacional.

Por último, estamos alarmados por el nivel extremadamente alto de trabajo irregular, prácticas de empleo que buscan obtener máximos beneficios a corto plazo y flexibilidad, a expensas de los trabajadores y trabajadoras, desestabilizando la relación de empleo. Además afecta de forma directa a los derechos sindicales, puesto que los trabajadores precarios encuentran difícil, cuando no imposible, organizarse con sus compañeros para formar o afiliarse a un sindicato. Las estadísticas revelan que más de una tercera parte de la mano de obra está actualmente empleada mediante algún tipo de arreglo laboral ‘no regular’, aunque pensamos que el número se aproximaría más a la mitad. Pero incluso cuando los trabajadores/as ganan ante los tribunales en defensa de sus derechos, como en el caso de Hyundai Motors, los empleadores simplemente ignoran la sentencia con total impunidad. De hecho, el presidente de la sectorial sindical que representa a los trabajadores precarios en Hyundai Motors está actualmente en prisión por haber intentado defender los derechos de los trabajadores precarios, ya que al parecer nadie más estaba dispuesto a hacerlo.

Hace ya dos décadas que la República de Corea se incorporó a la OIT y 17 años desde que entró a formar parte de la OCDE. Se comprometió entonces a ajustar sus leyes y prácticas de manera que estuviesen conformes con las normas internacionales en cuanto a los derechos fundamentales de los trabajadores, incluyendo el derecho a la negociación colectiva y la libertad sindical. Los progresos efectuados en esta dirección están ahora retrocediendo dramáticamente.

El movimiento sindical internacional prestará todo su apoyo al movimiento sindical coreano. Juntos, no nos queda otra opción que recurrir a todos los mecanismos políticos y legales a nuestro alcance para garantizar que los derechos humanos y sindicales sean plenamente respetados en Corea.