Entrevista en primer plano a Ath Thorn (CLC - Camboya)

“Los sindicatos amarillos crean confusión entre los trabajadores y trabajadoras”

“Los sindicatos amarillos crean confusión entre los trabajadores y trabajadoras”

Bruselas, 27 de septiembre de 2007:Para los sindicatos independientes de Camboya las cosas no son nada fáciles. Ath Thorn, Presidente de la confederación sindical CLC (1), puede dar testimonio de ello: sus militantes son víctimas de todas las armas del arsenala de la represión antisindical que practican los empleadores y las autoridades. A esto se le suma que los sindicatos “amarillos” hacen todavía más confusa la situación. Entrevista.

¿Cuáles son los mayores obstáculos que enfrentan los sindicatos independientes de Camboya?

El primero de los obstáculos es la injerencia del gobierno y de los empleadores, que procuran crear sindicatos amarillos para embaucar a los trabajadores y trabajadoras y crear confusión. Por ejemplo, cuando anunciamos que vamos a crear un sindicato en una fábrica, los empleadores despiden a nuestros candidatos para los cargos de delegados sindicales y apoyan a los sindicatos amarillos. En una fábrica llega a haber hasta siete sindicatos, lo que naturalmente complica mucho las negociaciones colectivas.
El segundo obstáculo está dado por la falta de seguridad de los trabajadores y trabajadoras que se afilian a los sindicatos independientes. En muchas zonas industriales hay malhechores. Por lo tanto, resulta muy peligroso visitar a los trabajadores o trabajadoras en los edificios o casas donde viven. Suele suceder, por ejemplo, que dos personas encargadas de sindicalización de nuestro sindicato de la confección (CCAWDU) vayan en moto a una comunidad obrera pero se encuentren rodeados por 30 ó 40 delincuentes. En los últimos años fueron asesinados tres sindicalistas, a pesar de lo cual no se investigaron realmente esos hechos. Recibimos amenazas de muerte de desconocidos que desean sembrar dudas, dudar procurando que no nos movamos tanto para ampliar nuestra base militante.

El tercero de los obstáculos se debe al limitado nivel de instrucción de los trabajadores y trabajadoras. En Camboya, en general la gente no tiene demasiadas posibilidades de continuar estudiando mucho tiempo. El sistema educativo de Camboya es un grave problema. Por ejemplo, en el sector de la confección hay personas que no saben siquiera escribir o leer su propio nombre. Es tremendamente arduo para nosotros sindicalizar a trabajadores y trabajadoras así porque no disponemos de muchos recursos ni podemos destinar mucho tiempo a las actividades de formación. Los afiliados y afiliadas de la CLC aumentan pero no les brindamos suficientes servicios. Deberíamos impartir más cursos de formación.

Otro de los obstáculos de gran talla es el de los contratos de empleo de corta duración. Cuando los trabajadores tienen únicamente contratos de uno o dos meses, nos resulta muy difícil conseguir afiliarlos. Además, algunos empleadores “castigan” a los militantes sindicales imponiéndoles ese tipo de contrato.

Antes, algunos empleadores habían conseguido que los tribunales condenaran a sindicalistas a pagar sumas exorbitantes para “indemnizarlos” en caso de huelga. ¿Eso sigue sucediendo?

No hemos tenido ese tipo de caso en los últimos tiempos pero las empresas continúan haciendo uso de los tribunales para conseguir que se levanten huelgas. Los empleadores van violando los derechos sindicales de manera progresiva. En un primer momento, castigan a los delegados y militantes sindicales haciéndoles contratos de trabajo de corta duración. Después, ejercen presión sobre sus familiares denegándoles ascensos a esos sindicalistas o practicando descuentos salariales. En la etapa siguiente entablan juicio a los dirigentes sindicales. Entre tanto, se amenaza a los trabajadores y ciertos empleadores procuran sobornar a los delegados sindicales. Esta corrupción también es un gran escollo para lograr que los trabajadores formen sindicatos independientes. Los empleadores colocan a los trabajadores en situaciones desesperadas y después intentan comprarlos. La legislación laboral camboyana estipula que esa manera de actuar es ilegal.

¿Lo amenazaron a usted este último tiempo?

Este año, antes de que se resolviera el caso de River Rich (2), cuando se estaban llevando a cabo negociaciones, descubrimos que me seguían dos hombres armados. Yo no me di cuenta inmediatamente pero los chóferes de los taximotos que se estacionan cerca de mi oficina veían que esas personas armadas esperaban que saliera y me seguían. Cuando me lo dijeron, los vi. En este momento, esas dos personas ya no me siguen pero podrían haber sido reemplazadas por otras. Como comprenderá, dados los asesinatos y las violentas agresiones que sufren los sindicalistas, tomamos las amenazas muy en serio. En los casos de Chea Vichea y Hy Vuthy, también comenzaron asustándolos y terminaron asesinándolos (3). Esto resulta muy preocupante para la CLC, que quiere seguir siendo un sindicato independiente. Les contamos de las amenazas a nuestros interlocutores de Camboya pero también a la comunidad internacional. Es necesario que todos estén al corriente de los problemas que tenemos en materia de seguridad.

¿A usted también lo amenazaron verbalmente o a través de mensajes de texto, como a Chea Vichea poco antes de que lo asesinaran?

Sí. En las negociaciones que se llevaban a cabo en la empresa de confección Winner Garments Ltd., nos enfrentamos con un sindicato amarillo –denominado Khmer Youth Trade Union- muy allegado a personas que ocupan altos cargos. Durante las negociaciones, su dirigente actuaba como si estuviera representado al empleador o al gobierno y no a los trabajadores. Amenazó a nuestros negociadores. Les dio un CD sobre sindicatos a los que el gobierno ataca. Eso sucedió en junio, poco antes de que se resolviera el caso de River Rich (ambas empresas pertenecen a las mismas personas). Lo que busca ese sindicato amarillo es hacernos desistir de toda actividad sindical en esa fábrica pero, a pesar de todo, hemos conseguido crear un sindicato. Los trabajadores y trabajadoras desean que se aumente la tarifa del trabajo a destajo y se pusieron en contacto con nosotros para pedirnos que los apoyemos.

¿Qué sucede con el salario mínimo, que fue últimamente objeto de largas negociaciones?

En el sector de la confección, el textil y el cuero no hay salario mínimo.
Las negociaciones que se llevaron a cabo en 2006 sobre esa cuestión ya terminaron y solamente conseguimos que se nos aumentaran 5 dólares, con lo que el salario mínimo pasó a ser de 50 dólares mensuales a pesar de que reclamábamos 80. El hecho de que el aumento que conseguimos haya sido tan pequeño se lo debemos a los sindicatos amarillos: No colaboraron con nosotros sino que más bien lo hicieron con el Ministerio de Trabajo a fin de interrumpir las negociaciones. No queremos asociarnos con ese tipo de sindicatos. Es una pérdida de tiempo.

¿A cuánto tendría que ascender el salario para que se lo pueda considerar decente para mantener a una familia en Camboya?

Con el respaldo de la OIT se llevó a cabo una investigación intersindical en el sector de la confección. Llegamos a la conclusión de que una persona que trabaja en una ciudad y que tiene que enviar dinero a sus familiares que están en el campo tiene que ganar como mínimo 82 dólares mensuales.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau


(1) La CLC (Cambodian Labour Confederation) tiene cuatro afiliadas con un total de alrededor de 43.600 miembros: CCAWDU (38.000 miembros, sindicato del sector de la confección), CTSWF (3.900 miembros, sindicato de turismo, hotelería y servicios), IDEA (1.100 miembros, asociación de la economía informal) y CICA (600 miembros, asociación de empleados públicos).

(2) Véase Visión Sindical número 5, página 6:
http://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/CambodgeSP.pdf

(3) Véase Visión Sindical número 5, página 4
http://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/CambodgeSP.pdf


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