Reacción de la Agrupación Global Unions a la Cumbre del G20 en Hamburgo

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Fueron 19 contra 1 en relación con el cambio climático, al concluir la Cumbre del G20 en Hamburgo. La victoria de la Canciller Merkel para lograr un compromiso mayoritario hacia el Acuerdo de París es un alivio para el mundo, pero se requieren recortes drásticos en las emisiones y un compromiso con vistas a asegurar que la transformación industrial esté acompañada de medidas para una “transición justa”.

Cambio climático

El liderazgo político en los próximos meses será esencial para cumplir estos compromisos, mientras que la divulgación obligatoria de las inversiones por parte de las empresas sigue siendo un elemento ausente para gestionar esa transición, junto con la tarificación del carbono y unos compromisos ambiciosos en cuanto a infraestructuras ecológicas.

“El G20 se ha convertido de manera efectiva en un G19 respecto al clima, con la Administración Trump aislada y los demás Líderes obligados a manifestar que el acuerdo es irreversible”, comentó Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional.

La Declaración de trabajadores y sindicatos agrupados en el L20, hecha pública la víspera de la Cumbre, reclamaba políticas destinadas a garantizar una acción coordinada para la creación de empleos de calidad para el futuro, reducir las desigualdades con objeto de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir los compromisos del Acuerdo de París.

Cadenas mundiales de suministro

La Declaración de Líderes del G20 resulta positiva a la hora de abordar los abusos contra los derechos humanos y las normas del trabajo en las cadenas mundiales de suministro. En línea con las conclusiones de la reunión de Ministros de Trabajo y Empleo del G20 en mayo, los Líderes del G20 se comprometieron a “... fomentar el respeto de normas laborales, sociales y medioambientales y de los derechos humanos” y subrayaron “la responsabilidad de las empresas para ejercer la diligencia debida”. En un paso potencialmente significativo, los Líderes del G20 se comprometieron a adoptar “medidas inmediatas y efectivas para eliminar el trabajo infantil para 2025, el trabajo forzoso, la trata de personas y todas las formas de esclavitud”.

“Acogemos con beneplácito el reconocimiento por parte de los Líderes del G20 de los derechos de los trabajadores en las cadenas mundiales de suministro, y la reafirmación de los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, así como la Declaración Tripartita de Principios de la OIT sobre las EMN y la política social, y las Directrices de la OCDE sobre Empresas Multinacionales y sus mecanismos de reclamaciones. La diligencia debida por parte de todas las empresas es un elemento primordial para su implementación, y es necesario por tanto imponer la obligación de rendir cuentas, para poder garantizar el trabajo decente”, añadió la Sra. Burrow.

Los Líderes del G20 afirmaron que apoyan el acceso a recursos para las víctimas de abusos de los derechos humanos, a través de mecanismos como los Puntos Nacionales de Contacto (PNC) en el marco de las Directrices de la OCDE sobre EMN. Por primera vez, los Líderes del G20 se comprometieron además a alentar a sus propias compañías multinacionales a concluir acuerdos marco internacionales, negociados con las Federaciones Sindicales Internacionales.

“Los países que adhieren a las Directrices deberán ahora cumplir el mandato recibido de los Líderes del G20, asegurándose de que sus PNC funcionen eficazmente para tratar de manera efectiva los casos aportando mediación y remedio. Esto requiere disponer de los recursos adecuados, además de garantizar una implicación y supervisión por parte de los sindicatos y otros colectivos interesados. Unos pocos PNC funcionan bien, pero son demasiados los que se quedan cortos. Los Líderes se comprometieron ahora asimismo a apoyar la conclusión de acuerdos marco entre las multinacionales y las Federaciones Sindicales Internacionales, este compromiso ha de cumplirse y verificarse”, indicó John Evans, Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE.

Empleos de calidad para el futuro

El desempleo y el subempleo, incluyendo el trabajo a tiempo parcial no voluntario, siguen registrando niveles preocupantemente elevados, según la OCDE, y el compromiso del G20 en relación con el empleo es muy débil. Los Líderes dijeron muy poco para expresar confianza en un “impulso al empleo”. Una retirada excesivamente temprana de apoyo monetario de los bancos centrales, sin estar compensada por una política fiscal expansionista en forma de un estímulo a una inversión pública coordinada –en un momento en que la inflación está bajando y situándose por debajo del objetivo de estabilidad de precios fijado por los principales bancos centrales– supone un riesgo real, pero al parecer ha sido ignorado por el G20 en su Declaración.

Empresas y sindicatos a nivel del G20 hicieron un llamamiento conjunto en relación con garantías de aprendizaje permanente y la creación de empleos de calidad en todos los sectores. La Declaración de los Líderes se limita a pedir un “control de las tendencias mundiales” e “intercambiar experiencias y prácticas nacionales” aunque reconoce el papel de los interlocutores sociales para lograr “un aprendizaje de calidad en la escuela y en el trabajo”.

“La gente no tendrá confianza si la agenda se limita a mejorar el ajuste estructural y asegurar reconversión y apoyo a los trabajadores desplazados. Se requiere primero y ante todo invertir en empleo, en infraestructura y en la economía de cuidados. No es la tecnología lo que teme la gente; es el hecho de que no haya empleo para ellos hoy o para sus hijos en el futuro. Industry 4.0 contribuirá a apuntalar un futuro económico adecuado si sus cimientos están reforzados con derechos laborales, salarios justos y trabajo seguro”, indicó la Sra. Burrow.

La evaluación sindical de la Declaración de Líderes del G20 reveló:

Profunda preocupación por los salarios

Los Líderes del G20 no han tenido en cuenta las implicaciones políticas de la extraordinaria falta de dinámica salarial que está frenando el crecimiento en distintas partes del mundo. De hecho, tal como advirtiera la OCDE en sus Perspectivas Económicas Mundiales de junio de 2017, una recuperación durable del consumo y el crecimiento requiere una dinámica salarial más firme, en lugar del ritmo lento de crecimiento salarial que se observa de momento en la OCDE. Para lograr esto, el G20 deberá continuar centrándose en el objetivo de revertir la tendencia de disminución de la participación del trabajo en el PIB, un compromiso al que se suscribieron ya en anteriores reuniones, bajo las presidencias turca y china.

Un giro en cuanto al comercio

Respecto al comercio y la inversión, el G20 reiteró sus compromisos previos de “mantener los mercados abiertos” y “combatir el proteccionismo”. No obstante, de manera excepcional, el G20 también reconoció “el papel de instrumentos legítimos de defensa comercial” para protegerse de “prácticas comerciales injustas”. Aunque este reconocimiento puede considerarse una concesión a la Administración Trump y su unilateralismo, merecería discusiones adicionales en el G20 para contribuir a promover una nueva agenda política progresista sobre los acuerdos de comercio e inversión, controlando la apertura de los mercados con los compromisos previos en relación a las cadenas mundiales de suministro, y tal como solicitase el L20. De hecho, el G20 reconoció que “los beneficios del comercio y las inversiones internacionales no se han repartido suficientemente”.

Pacto respecto a África

Los sindicatos acogieron favorablemente la atención por parte de los G20, pero la acción debe orientarse a mejorar los medios de subsistencia de la población africana, y no hacia el incremento de los beneficios por parte de las corporaciones internacionales.

“La promesa por parte de los líderes del mundo a un mundo con cero pobreza y cero carbono, afianzada por acuerdos mundiales respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y respecto al clima, debería estar liderada por el G20, que representa una proporción importante de la población y la riqueza mundial. La presidencia alemana ha comprendido lo que está en juego. La G20 se pondrá a prueba con la presidencia de Argentina en 2018 y Japón en 2019, debiendo demostrar la firmeza de sus compromisos hacia el planeta y la población mundial, y la concesión de la presidencia del G20 a Arabia Saudita en 2020 deberá acompañarse de compromisos en relación con los derechos de los trabajadores y las mujeres”, concluyó Burrow.