La intimidación de que han sido víctimas dirigentes y miembros de los sindicatos resulta inaceptable, con daños ocasionados a sus vehículos, la ocupación de la delegación de KPBI (Komite Politik Buruh Indonesia) en Yakarta Norte, la sede central de la KSPI y todas las oficinas locales de la FSPMI controladas por la policía y otras autoridades y un sindicalista en Java Oriental agredido por la policía.
Sin mencionar las citaciones enviadas a Muhamad Rusdi, Secretario General de KSPI, como sospechoso en una investigación relativa a la manifestación del 30 de octubre, que vulnera el derecho fundamental de sindicalización. Esto viene a sumarse a la detención de 30 trabajadores durante una manifestación pacífica.
Debe ponerse término a estos y muchos otros incidentes provocados por las autoridades.
Instamos al Gobierno a que se ponga fin a la intimidación y la violencia, y a negociar una resolución a la justicia salarial para los trabajadores indonesios. Los salarios mínimos son excesivamente bajos para que las familias indonesias puedan vivir con dignidad y las desigualdades están en aumento. Un salario mínimo vital es la única solución, tanto para la población como para la demanda económica.