Kazajstán: Envían a líderes sindicales a prisión y la CSI presenta su caso ante la OIT

La CSI ha interpuesto una denuncia formal ante la Organización Internacional del Trabajo por el encarcelamiento injustificado de dos responsables sindicales de la industria petrolera, así como por la negativa del gobierno kazajo de reconocer los derechos de los trabajadores en varios sectores donde pretenden organizar sindicatos independientes.

Los dos sindicalistas afectados, Amin Yeleusinov y Nurbek Kushakbayev, han sido condenados a dos y dos años y medio de prisión respectivamente en juicios que se han llevado a cabo sin las debidas garantías procesales. Las autoridades presionaron a Yeleusinov para que firmara una confesión falsa y el sindicalista se ha puesto enfermo debido a las deplorables condiciones en su celda y al severo régimen de detención. Además de la pena de cárcel, a Kushakbaev le han obligado a pagar 75.000 euros de indemnización a la empresa Techno Trading Ltd. Asimismo, le han prohibido llevar a cabo cualquier “actividad pública” durante dos años después de haber cumplido su condena de prisión.

Los cargos se les imputaron a raíz de una huelga de hambre de alrededor de unos 300 trabajadores petroleros que protestaban por la decisión del gobierno de seguir adelante con la disolución de la central sindical nacional, la Confederación de Sindicatos Independientes de Kazajstán. Muchos de estos trabajadores fueron detenidos, juzgados juntos en la misma noche y obligados a pagar multas de más de 500 euros cada uno, una cantidad superior al salario mensual medio.

La protesta se organizó en respuesta a una serie de medidas administrativas impulsadas por las autoridades a partir de 2015 con el objetivo de denegar el registro a los sindicatos de los sectores petrolero, de la salud, de la construcción, de los medios de comunicación y de la educación y a las organizaciones sindicales regionales, así como a la central sindical nacional independiente, lo cual privaba a los trabajadores de sus derechos legítimos a la afiliación sindical y a la negociación colectiva. Desde principios de este año, la presidenta de la central sindical, Larisa Kharkova, ha sufrido acoso administrativo y judicial. Actualmente se enfrenta a una serie de falsas acusaciones penales.

Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, declaró: “Las autoridades han violado sistemáticamente las propias leyes de Kazajstán y la garantía constitucional de libertad sindical. Esto resulta contraproducente para la reputación internacional del país. Los trabajadores, que simplemente quieren ejercer su derecho a la representación sindical, han sufrido el acoso, la persecución judicial y la vigilancia clandestina de sus actividades. Una vez más instamos al gobierno a que respete sus obligaciones en virtud del derecho nacional e internacional. Como hasta la fecha se ha negado a hacerlo, vamos a presentar este caso ante la OIT para intentar que se respeten los derechos fundamentales de los trabajadores”.