Julio Roberto Gómez Esguerra, Presidente de la CLAT

Posición CGT de Colombia Congreso CSI

Compañeras y compañeros

En primer lugar agradezco al movimiento sindical, aquí representado, por la extraordinaria solidaridad brindada a través de muchos años al conjunto del sindicalismo colombiano.
Hemos dado un paso histórico en la constitución de una nueva organización internacional, para la defensa de los derechos e intereses de toda la clase trabajadora del mundo.
Hemos asumido el reto de renunciar a nuestras diferencias, dando los pasos necesarios para dotarnos de un instrumento muy sólido, que habrá de permitirnos confrontar la globalización capitalista que margina y excluye a las grandes mayorías en cada uno de nuestros países.

Hemos aprobado un Reglamento y unos Estatutos que orientan, desde lo político y administrativo, el quehacer de las distintas organizaciones que hacemos parte de la CSI. Sin embargo debemos expresar con suma claridad que el programa de la nueva mundial debe ser suficientemente diáfano en torno a temas que son fundamentales para el mundo del trabajo en el programa de acción que ahora estamos discutiendo.

En este orden de ideas, al regreso a nuestros países queremos tener muy claro que la CSI no se ha fundado para contemporizar con la globalización capitalista, sino para combatirla como es debido y, ante todo, para mundializar la solidaridad entre todas y todos.

Para los trabajadores ha sido de fundamental importancia el trabajo creciente y comprometido de la OIT para promover el trabajo decente, en la convicción que para que un trabajo sea decente debe ser digno, estable y bien remunerado. Por ello la mundialización de la solidaridad es el mejor camino para responder a la brutalidad del neoliberalismo, hoy pomposamente presentada bajo la figura de la globalización.

La clase trabajadora en el mundo, los excluidos sociales, los desempleados, los campesinos y campesinas empobrecidos, los trabajadores de la economía informal, las niñas y los niños que son obligados a trabajar, las mujeres víctimas de la discriminación, los enfermos del VIH/SIDA, quienes trabajan en la esclavitud y para el pago de deudas, las trabajadoras y trabajadores migrantes, y en general los desposeídos del mundo, esperan que la CSI obre en consecuencia.

Compañeros y compañeras, a la luz de un nuevo internacionalismo es necesario reiterar nuestra solidaridad para con los trabajadores y los pueblos del Líbano y de Palestina, levantando las banderas de la autodeterminación de los pueblos del mundo, exigiendo el retiro de las fuerzas de ocupación en todos los lugares del planeta, en la convicción que el camino es la paz y no la guerra.

La CGT de Colombia reafirma que si queremos ser consecuentes con la organización que hemos creado, debemos estar a la ofensiva en la confrontación con la globalización capitalista, la cual quiere nivelar, pero por debajo, precarizando el empleo, reduciendo los salarios y flexibilizándolo todo.

Julio Roberto Gómez Esguerra
Presidente de la CLAT