Entrevista en Primer Plano de Anthony Jones (CSI/CSA- Haití)

“El programa de trabajo decente es una necesidad de primer orden cuando se habla de reconstrucción”

Anthony Jones, representante residente de la CSI y de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas en Haití aborda el tema de la urgencia de insertar el trabajo decente como elemento central de la reconstrucción. Insiste en la importancia de la formación en el marco de la estrategia de apoyo al movimiento sindical haitiano.

¿Cuál ha sido hasta ahora el papel del trabajo decente en el esfuerzo de reconstrucción?

La cuestión del trabajo decente no se ha discutido con fines de reconstrucción. Lo que se ha discutido es la creación de puestos de trabajo, aunque no de trabajo decente. Se está actuando a corto plazo, y no se están tomando en cuenta las normas necesarias para proteger a los trabajadores y garantizar que también se reconozcan sus derechos. Al actuar de esta manera, lo que se intenta es recrear el mismo Haití de antes. Las prácticas que existían antes del terremoto son las mismas prácticas que existen ahora. Por este motivo, el programa de trabajo decente es una perspectiva de primera necesidad cuando se habla de la reconstrucción y de la creación de un nuevo Haití.

¿Están los sindicatos preparados para hacer frente a este enorme desafío?

Los sindicatos de aquí reflejan en muchos aspectos la situación de la economía. La economía formal de Haití representa sólo el 2% del empleo total. Esta situación ejerce un grave impacto en la capacidad de actuación de los sindicatos. Cuando se tiene una economía fuerte, y sobre todo una economía formal, los sindicatos pueden actuar y ser más fuertes.

Por tanto, existe una gran necesidad de reorganizar a los trabajadores en Haití y ayudar a los sindicatos a tener mayor alcance y llegar a nuevos miembros. Este es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el movimiento sindical internacional. Esta organización sería difícil en cualquier lugar, no es un problema exclusivo de Haití, pero en el transcurso del tiempo ha disminuido mucho la importancia de la economía informal para los sindicatos. Necesitan apoyo y recursos adicionales para poder hacer frente a este nuevo desafío.

Por lo tanto, la formación es una de las principales necesidades actuales en Haití.

Sí. Sobre este tema no existe desacuerdo entre los sindicatos y sus socios de la sociedad civil. La formación es la única solución para ayudar a Haití a salir de la situación en la que se encuentra. Los sindicatos necesitan formación en varios ámbitos. En primer lugar, porque tenemos que empezar a sustituir el vacío creado por años de una migración masiva que ha desangrado al país dejándolo sin personas bien formadas.

Además, hay generaciones enteras que no conocen ciertos derechos y prácticas que deberían existir. ¿Por qué existen o cómo se supone que deben ser? ¿Cuáles son las normas mínimas, cuáles son los protocolos? En la construcción, por ejemplo, los trabajadores circulan en la obra sin protección, sin casco ni guantes puestos. El movimiento sindical internacional también puede y debe estar presente en este terreno. Hay que hacer el sector más seguro. Se crearía una clase de trabajadores cualificados capaces de trabajar eficazmente y convertirse en un elemento valioso del proceso de reconstrucción.

¿Qué más puede hacer el movimiento sindical internacional para apoyar a los trabajadores de Haití?

Los sindicatos internacionales pueden ejercer presión a nivel nacional sobre los países donantes para apoyar el trabajo decente y la educación de los trabajadores así como los programas de formación. Es poco lo que el movimiento sindical haitiano puede hacer para convencer a las agencias gubernamentales y los donantes de que cumplan sus promesas. Los sindicatos internacionales pueden fomentar y apoyar reformas de las políticas y reformas estratégicas para crear empleo decente y el respeto de los derechos humanos y los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Esta presión también puede conllevar mayores oportunidades de ampliar el alcance del programa o de prestar mejores servicios a los trabajadores y sus familias. Aliando los esfuerzos internacionales y nacionales en un enfoque estratégico uniforme, los trabajadores de todo el mundo contribuirán a la reconstrucción y la reconstitución de la nación.

Sabemos que también existe un problema histórico en lo que se refiere a la libertad sindical y la represión sindical en Haití. ¿Cuál es la situación actual?

Las leyes sólo existen en los libros, así que la mayoría de los sindicatos no tienen posibilidad de actuar. Además, para los trabajadores existe un sentimiento de miedo y un plan de intimidación. Saben que cualquier movimiento o conflicto para tratar de organizarse o de promover los sindicatos pondría en juego sus puestos de trabajo. Esta situación ya se ha visto en varias ocasiones en diferentes fábricas, donde los trabajadores que plantean cuestiones para intentar promover el cambio son despedidos como consecuencia.

Con la escasez de puestos de trabajo que existe, los trabajadores sienten que de ninguna manera pueden modificar la forma de pensar del empleador o provocar su descontento. Y esta situación no atañe solamente al sindicalismo, sino también a numerosas iniciativas que podrían mejorar la vida de los trabajadores y que no se discuten ni abordan. Es necesario que haya cambios importantes y fundamentales desde varios niveles para proteger mejor a los trabajadores y las trabajadoras y hacer cumplir las normas existentes.

- -Lea también la entrevista de Antonio Cruciani (OIT-Haïti) : “Se requiere una revolución del trabajo”

- Ver "Visión Sindical: Reconstrucción en Haití: La urgencia del empleo decente