Educación para el desarrollo y sensibilización social: ¿es importante para los sindicatos?

El 22 de mayo, con ocasión de la sesión parlamentaria de la UE en Estrasburgo, tuvo lugar una mesa redonda titulada “¿Se preocupan los europeos por el resto del mundo?”, organizada por el diputado europeo Filip Kaczmarek. El debate, facilitado por el Foro DARE, se centró en la convergencia entre “solidaridad” e “interés mutuo” en un mundo globalizado. La mesa redonda estuvo seguida de una petición dirigida a los diputados europeos en apoyo a la Declaración de la Educación para el Desarrollo y Sensibilización Social (DEAR, por sus siglas en inglés) y al aumento de los fondos facilitados por la Comisión Europea para esta iniciativa.

Tener una visión global del desarrollo, ser consciente de la interdependencia de los factores y los procesos que intervienen en el desarrollo, entender las causas y los efectos, participar e implicarse en base a los valores de los derechos humanos y la responsabilidad social: estos son los principios que definen DEAR. Y es también lo que significa hoy en día ser parte del movimiento sindical.

De hecho, el éxito de una negociación en defensa de los intereses de los trabajadores no puede garantizarse si no se conocen a fondo los vínculos que existen entre esta negociación (en un país, área, empresa determinados) y la situación de otros trabajadores que negocian simultáneamente en otras partes del mundo. Los sindicalistas ya no pueden permitirse tener una visión de corto alcance.

Hasta hace 15 años, la cooperación al desarrollo era una cuestión para los sindicatos del Norte que, con espíritu de solidaridad, aunque también un poco paternalista y caritativo, llevaban a cabo proyectos para “ayudar” y “apoyar” a los sindicatos y trabajadores del Sur, recaudando dinero por parte de los trabajadores del Norte a través de actividades de educación para el desarrollo y de colectas de fondos. A presente, más que limitarse a la divulgación de información en torno a cuestiones de desarrollo y a un enfoque vertical, DEAR está abordando problemáticas globales de injusticia y desigualdad utilizando acciones de apoyo estratégicas.

Hoy en día, la participación activa y conjunta en el marco de un proceso para el desarrollo global es la única manera de que los trabajadores “más fuertes” y los trabajadores “más débiles” (los calificativos Norte y Sur han perdido gran parte de su connotación original) puedan acceder a unas condiciones mejores.

Pero mientras, la globalización, la reubicación transfronteriza de empresas, la movilidad de capitales de una zona a otra, las crisis financieras, que repercuten también en los fondos de previsiones, la competición vinculada al acceso al empleo y las condiciones laborales, la economía informal y el dúmping social son factores susceptibles de perjudicar el movimiento sindical.

Actualmente, un trabajador (en particular un trabajador con salario bajo) tiene que enfrentarse a la contradicción inherente a su doble condición de trabajador y consumidor: “Con el salario que gano, no me queda más remedio que comprar cosas baratas; pero las cosas son más baratas porque están fabricadas en lugares donde el coste de la mano de obra es más barato, de modo que si compro las cosas más baratas estoy apoyando a los que mantienen los sueldos bajos...”. La única forma de salir de estar trampa es entendiendo las causas y los efectos de las cuestiones globales.

Los sindicatos más expuestos a esta contradicción son los sindicatos de los denominados “países en transición” o países de ingresos medios-bajos, donde las negociaciones para conseguir incrementos salariales o mejores condiciones laborales pueden conducir a la desinversión de capitales extranjeros.

Proporcionar a los sindicatos los instrumentos necesarios para entender y gestionar mejor los retos que la globalización plantea a los trabajadores y trabajadoras, debería ser una cuestión para el “desarrollo de capacidades”; y las actividades que lleva a cabo DEAR pueden contribuir a desarrollar una membresía más asertiva, capaz de influenciar a los responsables políticos y las políticas, y de tratar con los medios de comunicación.

Artículo de Gemma Arpaia, ISCOS (miembro de la RSCD).