Declaración de la CSI sobre las elecciones celebradas en Zimbabwe el 31 de julio de 2013

Con arreglo a la nueva Constitución del país, el 31 de julio de 2013 se celebraron elecciones generales en Zimbabwe. La carrera a la presidencia volvió a ser en gran medida un desempate entre el titular, Robert Mugabe (ZANU-PF), presidente desde 1987, y Morgan Tsvangirai (MDC), que había desafiado anteriormente a Mugabe en 2008.

La ZANU-PF ya ha declarado la victoria en unas elecciones que, si bien libres de los alarmantes niveles de violencia que se presenciaron en 2008, estuvieron no obstante plagadas de fallos e irregularidades que arrojan serias dudas sobre la imparcialidad del proceso electoral y, por tanto, de los resultados proclamados.

El Zimbabwe Congress of Trade Unions y la Red de Apoyo a las Elecciones de Zimbabwe (ZESN), que desplegó un millar de observadores antes, durante y después de las elecciones, hicieron las siguientes observaciones que ponen en entredicho la credibilidad del proceso:

- Legislación represiva: La Ley de Orden Público y Seguridad, la Ley de Acceso a la Información y Protección de la Privacidad y la Ley de Servicios de Radiodifusión permanecieron vigentes y restringieron el derecho a la libertad de asociación, de asamblea y de información durante las elecciones.
- Medios de comunicación partidistas: Los medios, controlados en gran medida por el Estado, hicieron abiertamente campaña a favor de la ZANU-PF y utilizaron un discurso de incitación al odio contra el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD). El Proyecto de Supervisión de los Medios de Comunicación de Zimbabwe registró 26 casos de uso de lenguaje con incitación al odio contra los partidos de la oposición que quedaron impunes.
- Censo: La Ley Electoral de Zimbabwe establece que la Comisión Electoral del país ha de publicar el censo dentro de un plazo de tiempo razonable (Art.21 (4)). No sólo el censó no se publicó más que un día antes de las elecciones, sino que además era impreciso, estaba distorsionado con entradas duplicadas, presentaba registros falsos y había registros que faltaban, dando lugar a la inhabilitación de alrededor de un millón de votantes, la mayoría en zonas urbanas.
- “Votantes asistidos”: Un elevado número de votantes fueron “asistidos” durante la votación por los jefes de sus respectivos pueblos. Es cuestionable hasta qué punto estos votantes realmente no sabían cómo votar o si se trató de una estrategia de intimidación.
- Papeletas falsas de registro de votantes: Han salido a la luz varios informes de arrestos llevados a cabo por todo el país de personas con papeletas de registro de votantes falsas. La policía arrestó a 20 simpatizantes de la ZANU-PF por la emisión de registros de votantes falsos.

“Las elecciones zimbabwenses no han cumplido con las normas electorales internacionales”, expresó Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI). “Todas las denuncias presentadas por votantes y observadores electorales deberían someterse a una investigación completa e independiente. La comunidad internacional debería abstenerse de reconocer los resultados electorales antes de que el Tribunal Constitucional haya resuelto las alegaciones de fraude electoral.”