Según la información recibida por la CSI, los sindicalistas fueron todos asesinados por sus actividades sindicales. Leslien Blanco educadora afiliada a ASINORT fue asesinada cuando se desplazaba hacia su sitio de trabajo y Francisco Abello, porque participó , junto con 185 trabajadores, en la huelga que se realizó entre diciembre de 2009 y enero de 2010, para lograr el reconocimiento del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO) y la firma de una Convención Colectiva de Trabajo.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), intervino en su oportunidad, ante la Presidencia y Vicepresidencia de la República, el Ministerio de la Protección Social y del Interior y Justicia, para denunciar e impedir que por la vía violenta y el desalojo policial de los trabajadores en huelga, se impidiera el derecho al libre ejercicio de libertad sindical y negociación colectiva, evitando, de esta forma, una nueva masacre de trabajadores y contribuyendo a la firma del acuerdo, que finalmente se logró entre Sintrainagro y la Empresa Palo Alto. Pero los asesinatos continúan.
Las amenazas constituyen también una tragedia para los sindicalistas en Colombia. Daíro Rúa, fue amenazado y declarado objetivo militar. Su delito es oponerse a la venta de los activos que pertenecen a los trabajadores.

En una [http://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/Continuan_las_amenazas_y_los_asesinatos_de_sindicalistas_en_Colombia_-_junio.pdf] enviada a las autoridades colombianas, la CSI urge al Presidente Álvaro Uribe, a su gobierno, a los Gobiernos departamentales y municipales y a todas las autoridades competentes, que se implementen todas las medidas necesarias a fin de investigar los hechos y encontrar a los culpables materiales e intelectuales de estos crímenes abominables.

“Toda forma de violencia es inaceptable, qué decir cuando se trata de atentados a la vida de quienes están ejerciendo sus derechos más fundamentales en beneficio de la clase trabajadora,” insistió una vez más Guy Ryder, Secretario General de la CSI.