El Registro de Sindicatos se niega a aceptar las solicitudes de sindicatos legítimos del sector de la confección, entre otros, y despoja así a los trabajadores y trabajadoras de su derecho a una representación colectiva. Las empresas locales reprimen impunemente las actividades sindicales.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, afirma “Mientras el Acuerdo de Bangladesh está salvando vidas, las autoridades continúan, en connivencia con los jefes de las fábricas locales, reprimiendo los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Muy pocas empresas aceptan negociar con los sindicatos registrados unas condiciones salariales y laborales dignas. El gobierno continúa demostrando una indiferencia cruel hacia las personas que más contribuyen a la economía del país, y poniendo en riesgo mercados clave para la exportación”.
El caso, presentado ante el Comité de Libertad de Asociación de la OIT, detalla cómo el gobierno rechazó por razones espurias casi el 75 % de las solicitudes de inscripción presentadas por los sindicatos en 2015; procuró la disolución de sindicatos vigentes y demostró pasividad cuando los gerentes de las fábricas adoptaron medidas para deshacerse de los sindicatos, contraviniendo la ley del trabajo y el Código Penal de Bangladesh. Algunos dirigentes sindicales han sufrido palizas y han tenido que ser hospitalizados, en algunos casos todos los miembros de la ejecutiva del sindicato fueron sido despedidos.