A pesar de que los trabajadores cumplieron todos los requisitos legales y que se trató de una huelga pacífica, la policía rodeó a los trabajadores, armada con escudos antidisturbios, cascos protectores, pistolas y gases lacrimógenos. Durante la huelga, la compañía negó a los trabajadores acceso al agua potable, los aseos y servicios médicos.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, subrayó que “la dictadura Suazi es tristemente conocida por su absoluta intolerancia con los sindicatos o con cualquier actividad democrática. Estos trabajadores no hacen más que reclama justicia y no nada justifica la amenaza de violencia de la que están siendo objeto por parte de las fuerzas de seguridad del rey suazi. La compañía ANC, cuya rama de inversiones controla la mina, debe intervenir de inmediato y defender los derechos de los trabajadores”.
Chancellor House, la rama de inversiones de ANC, es propietaria del 75% de las acciones de la mina de Maloma; el 25% restante es propiedad de Tibiyo Taka Ngwane, un fondo controlado por el rey Mswati III, uno de los últimos monarcas absolutos que quedan en el mundo. Recientemente, el gobierno suazi anunció la prohibición inmediata de todos los sindicatos y federaciones patronales, lo cual constituye una violación de las normas laborales internacionales.