Acuerdo mundial sobre la seguridad de los productos químicos: grandes victorias para los trabajadores, grandes retos para la OIT

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El Quinto período sesiones de Conferencia Internacional sobre la Gestión Productos Químicos (ICCM5) ha concluido con la adopción de un nuevo marco mundial sobre la gestión de los productos químicos: por un planeta libre de daños causados por los productos químicos y los residuos.

La delegación sindical internacional, compuesta por representantes de Alemania, Australia, Bangladesh, EE.UU., Mauricio, Rumania y Singapur, consiguió grandes avances para los trabajadores en relación con la extracción, la producción, el uso, la distribución y la eliminación de productos químicos.

Los trabajadores y las trabajadoras están expuestos hoy a riesgos que causan, cada año, alrededor de un millón de muertes relacionadas con el trabajo, en un sector cuyo tamaño debería duplicarse entre 2017 y 2030.

El acuerdo marca la hoja de ruta para la ONU, los gobiernos, la industria y, en particular, para la OIT, que entre 2024 y 2027 estudiará el establecimiento de un convenio sobre riesgos biológicos y de un estricto instrumento jurídico sobre la seguridad química.

Lugares de trabajo seguros y saludables

Además de hacer referencia explícita a la inclusión que la OIT hizo el año pasado de la seguridad y la salud en el trabajo dentro de los derechos fundamentales de los trabajadores, la declaración de alto nivel adoptada al final de la conferencia subraya que la contaminación constituye el mayor factor de riesgo de enfermedad y muerte prematura en el mundo.

Esta declaración compromete a la comunidad mundial a adoptar un enfoque basado en la primacía de los derechos humanos, que promueva el trabajo decente, seguro, saludable y sostenible en todas las cadenas de valor y de suministro, que prevenga la exposición a sustancias químicas nocivas y elimine las más perjudiciales progresivamente, en el marco de una transición justa que no deje a nadie atrás.

Al frente de la delegación sindical, el secretario general adjunto de la CSI, Owen Tudor, ha declarado: "Los trabajadores son los primeros que están expuestos a sustancias químicas en numerosos sectores, como la agricultura, la limpieza, las fábricas, la logística y la eliminación de residuos. Viven en comunidades a menudo expuestas a la contaminación y sin los recursos necesarios para protegerse.

"Este acuerdo pionero ofrece a los sindicatos una oportunidad de ejercer presión para garantizar un trabajo más seguro y saludable tanto en sus negociaciones colectivas a nivel de empresa y sectorialmente, como en las legislaciones nacionales e internacionales, en los procesos decisorios relativos a las inversiones públicas y privadas, en la contratación de las administraciones públicas y en el comercio, siempre velando por que la diligencia debida sea el centro de la toma de decisiones.

"En particular, consolida el papel de la OIT como principal organismo mundial para garantizar la salud y la seguridad en los entornos profesionales. Podemos construir un futuro más limpio y más verde para todos y cada uno".

El marco mundial se dirige a la vez a gobiernos, instituciones multilaterales, empresas, sindicatos y ONG. En el curso de la ICCM5, los sindicatos colaboraron con los gobiernos progresistas y ONG activas en el medio ambiente y salud. Rory O’Neill, asesor de la CSI en materia de salud y seguridad, fue elegido miembro de la oficina del Marco al final de la conferencia, lo que consolida el papel de los sindicatos en las instancias decisorias relativas a la salud y la seguridad de los productos químicos a escala mundial.